Una disciplina sencilla, pero de enorme impacto en el bienestar físico y espiritual
La meditación es una práctica que llevada a nuestra realidad cotidiana puede no sólo liberarnos del estrés, sino ampliar nuestras capacidades innatas a niveles insospechados.
Hay cientos de estilos y formas, algunos que se mantienen intactos desde la antigüedad, otros son fusiones a partir de distintas escuelas, pero en las que hay afinidades básicas.
Elijas la forma que elijas, recordá que hay ejes básicos que deben atenderse a la hora de iniciar con esta disciplina:
· Respiración: no debe abusarse de la profundidad, pero tampoco podemos meditar con la respiración corta que normalmente usamos.
· Tiempo: Nunca le des más de 10 minutos al inicio de tu práctica, y cuando te transformes en meditador no excedas los 30 minutos, ya que para ese tiempo tus ritmos habrán descendido y puede resultarte molesto mantener ese estado fuera del sueño.
· Postura: Lo ideal es sentados, con la espalda lo más recta posible. Si te cuesta esta postura naturalmente, procurate un apoyo, respaldo o pared. Si estamos sentados en el piso mejor, pero si las articulaciones no lo permitieran, una silla es bienvenida. Lo esencial de la postura es que nuestra energía circule sin problemas y el aire también. Por tanto el cuello debe permanecer derecho, también impidiendo que la cabeza caiga hacia atrás o hacia adelante.
· Nunca “Mente en Blanco”: Poner la mente en blanco es una manera poco cuidadosa de meditar por dos razones: la primera y más leve, es que estamos condicionados a pensar siempre, entonces si nuestra mente detecta vacío, lo llenará con pensamiento, usualmente de orden práctico (Por ejemplo: Después de meditar voy a limpiar la casa), lo cual nos hará perder el foco. La segunda y más grave, es que en ese vacío la postura mental acaba siendo receptiva, y es por lo tanto una manera en la que podemos ser invadidos en nuestro espectro mental por seres o larvas. Por eso, siempre debe haber un foco, así sea la respiración.
· Postura de las manos: Si no estamos haciendo un Mudra (señas o posturas específicas de las manos) las manos deben descansar sobre las rodillas para evitar fugas involuntarias de energías, pero también para que no puedan ingresar energías que no hemos pedido.
Podés usar o no música; de usarla, siempre procurá que sea instrumental para que las voces no te confundan.
El objetivo básico de la meditación es, además de armonizarnos, acceder a la iluminación, al conocimiento profundo de las realidades cósmicas a partir de la conciencia del microcosmos interno de cada uno, y para que esa iluminación llegue se busca la vacuidad mental, que simplemente implica acallar las múltiples voces internas y poder, en ese silencio, pensar con claridad.
Es una práctica muy saludable, pero de la que no debe abusarse, ya que todo lo que se hace en exceso termina jugándonos en contra.
Meditar nos agrega claridad y nos ayuda a lidiar con este marco de realidad hostil, no nos aleja de la realidad, sino que nos aporta mayor claridad a la hora de actuar en el mundo. ¤