Un recorrido que te transportará a otra época.
De todos los edificios históricos ubicados en Avenida de Mayo, en la ciudad de Buenos Aires, El Palacio Barolo, a veces mencionado como el “Pasaje Barolo”, ha recibido bastante publicidad en los últimos años debido a que es uno de los muy pocos abiertos al turismo.
Una empresa privada organiza tours. Recordemos que en Buenos Aires eso no es tan común.
El Palacio Barolo, hoy usado como edificio de oficinas, fue construido por el arquitecto italiano Mario Palanti, usando como concepto La Divina Comedia de Dante. La altura está dividida en tres partes: La Planta Baja representa el Infierno, con diseño de serpientes, etc. A partir del primer piso, comienza el Purgatorio (aunque no hay muchas evidencias), y la cúpula representa el Cielo. Los números del edificio también hacen referencia a la obra de Dante. Luis Barolo, el empresario textil que encargó la obra, era un fan de Dante, y hasta jugaba con la posibilidad de usar el edificio como mausoleo para los restos del poeta, algo que no pudo ser. El edificio fue inaugurado en 1923, funcionando como una residencia de Barolo y para oficinas. En ese momento era el edificio más alto de Buenos Aires, teniendo como “hermano” el conocido Palacio Salvo de Montevideo, diseñado por el mismo arquitecto.
Ahora... ¿vale la pena gastar tiempo y dinero en este particular edificio? En primer lugar, el nombre “Palacio” hoy es un poco engañoso, ya que no es una fastuosa residencia con muchas reliquias del pasado. Es en realidad el típico edificio comercial antiguo... encantador, pero uno de varios en Avenida de Mayo y el Microcentro. ¿Y el particular y “creativo” diseño? Lo mejor está en la planta baja, o galería, de libre acceso: es la estatua que ven en la foto, y el diseño “diabólico”.
El tour les permite subir varios pisos en impresionantes ascensores antiguos... pero a partir del primer piso, no hay mucho para ver. Los highlights son asomarse a la Avenida de Mayo desde cierta altura, aunque sin poder ver mucho, y el faro. Eso sí, la vista hacia la Plaza Congreso es muy linda... posiblemente lo mejor del tour.
Los que visitan desde Estados Unidos van a notar ciertas carencias que no son comunes en lugares preparados para el turismo. Por ejemplo, los últimos ascensores hasta la cúpula están reservados para los inquilinos y no se pueden usar. Entonces hay que subir trabajosamente por las pequeñas y peligrosas escaleritas caracol. Y no es fácil (ni muy seguro) ir a la sala donde está el faro. Compensa todo esto la buena onda de los guías y el profesionalismo de la gente que organiza el tour.
En definitiva, el Palacio Barolo no es una cosa “¡Wow!” ...pero es un símbolo del Buenos Aires de antes, del que nos gusta tanto.
Avenida de Mayo 1370, barrio de Monserrat, Buenos Aires ¤