Muchos países del mundo comienzan a levantar restricciones sanitarias
La variante Omicron del coronavirus, que según la OMS hoy es casi el 97% de los casos, está cambiando todo el panorama. La variante generó un número récord de contagiados, es cierto, pero por otra parte las pocas consecuencias graves para los infectados han cambiado la idea general que se tiene del coronavirus. Hoy, una experiencia covid es vista como algo parecido a una experiencia resfrío o gripe, y varios gobiernos empezaron a liberalizar todas las normas que tenían relacionadas con el coronavirus. Pero… ¿Estamos acercándonos al final de la pandemia?
Si miramos los números, especialmente aquí en Estados Unidos, es prematuro hablar del fin de la pandemia. Mientras que la peor semana de la gripe produjo 1626 muertes en los Estados Unidos, hoy, con casi dos años de experiencia, altos porcentajes de vacunación y una actual variante Omicron considerada menos peligrosa, se han reportado unas 16,000 muertes en los Estados Unidos durante todas las semanas de febrero pasado. Es decir, casi diez veces más. Pero esto no es el caso en otros países, especialmente los europeos, donde el número de hospitalizaciones y muertes son mucho mejores. Entonces, se entiende la lógica de que, si el virus no genera novedades, uno puede proceder con el desmantelamiento de las restricciones.
Como es sabido, los gobiernos suelen ser lentos, y considerando que todavía no salimos de la crisis que generó la aparición de la variante Omicron, en el mejor de los casos van a tardar algunos meses en remover las relativamente pocas restricciones que aún perduran. Pero la tendencia hacia la apertura ahora parece irreversible.
El Reino Unido y España, cuyas economías dependen mucho de la libertad de movimiento de las personas, ya están desmantelando cualquier tipo de restricción antes de lo que parece prudente, pero ese es el clima político hoy. La inflación, los problemas logísticos, sectores enteros de la economía -como el sector turístico- que no se recuperan, han cambiado el humor de la gente hacia las restricciones. A esto se agrega el desgaste que genera a los gobiernos del mundo tener que luchar contra los que no se quieren vacunar o no quieren cumplir ciertas normas, porque la desobediencia civil parece a la vuelta de la esquina. Una noticia que ha tenido impacto mundial, las medidas de fuerza que están llevando a cabo los camioneros canadienses, asustó a varios gobiernos y está empujándolos hacia un final de las restricciones.
En fin, esta vez no hubo -hasta ahora, por lo menos- una victoria de la ciencia o la actividad humana que dio como resultado el fin de la pandemia. Solo tenemos una mutación del coronavirus que genera alguna esperanza. Pero algo es algo para esta tan golpeada raza humana. ¤