Una divinidad de la niebla
El huaillepenyú, divinidad de la niebla, habita en las orillas de los ríos y lagos y en regiones cercanas a la costa marítima.
Se lo cree un ser masculino al que se representa con cuerpo de carnero o de macho cabrío, cabeza de ternero y parte posterior de foca.
No es imposible que su leyenda esté relacionada con la de las sirenas. Ha sido visto también ostentando cuerpo de foca y patas de carnero, aunque pequeñas y atrofiadas, de modo de verse esta criatura en la obligación de reptar para movilizarse.
A pesar de poseer esta primitiva forma de locomoción, el huaillepenyú es considerado un ser de desplazamiento ágil. Se cree que es nocturno, y entre sus hábitos se cuenta una curiosidad: se acopla con animales domésticos que viven en las cercanías de las casas, de modo que éstas quedan preñadas y más tarde dan a luz a entidades deformes y de aspecto espantoso, gracias a las que se deduce la visita del huaillepenyú.
Verlo o soñar con él es señal de mal augurio, especialmente para mujeres en estado de gravidez, las que pueden llegar a perder su embarazo.¤