Diminutos crustáceos populares desde los años '60
Mientras Godzilla, Mothra, y otros tantos monstruos producto del algún desastre nuclear o de la diabólica manipulación genética se hacían cada vez más grandes desde las pantallas de cine o la imaginación de los novelistas de ciencia ficción de la época, un científico llamado Harold von Braunhut empezó a comercializar en los Estados Unidos unos “pecesitos” a los que después llamó Sea Monkeys.
A diferencia de los gigantescos monstruos, estos crustáceos eran diminutos, pero reales. Y encima… ¡se conseguían en los kioscos!
Los Sea Monkeys eran una clase híbrida de crustáceos conocidos como Artemia NYOS, que sometidos a un proceso de cryptobiosis, sobrevivían a la disecación hasta que eran puestos en agua y comenzaban a nadar como renacuajos. Al “nacer” eran casi imperceptibles, aunque al cabo de un tiempo alcanzaban unos 2 cm de longitud, y llegaban a vivir un par de años.
La fiebre de los Sea Monkeys se extendió desde finales de la década del '50 hasta mediados de los años '80; en Argentina alcanzaron su máxima popularidad en los '70.
Como dato curioso, cabe destacar que en 1998 el astronauta John Glenn llevó al espacio una colonia de 400 Sea Monkeys en su Space Shuttle Discovery. ¤