La Entrevista del Mes: Juan Carlos Blumberg

Juan Carlos Blumberg“En la calle la gente humilde me pide que no abandone esta lucha”

Ningún secuestro, entre los muchos que se cometieron en la Argentina en los últimos años, causó tanto revuelo periodístico. Ningún otro asesinato, tanta repercusión. Esta vez la víctima de la "inseguridad" era un chico que podría ser el hijo del diseñador gráfico de Palermo, o de la arquitecta de San Isidro, o del empresario de Belgrano. Axel Blumberg fue secuestrado el 17 de marzo de 2004; había salido para ir al cine con su novia y nunca regresó a su casa. Seis días después era asesinado a sangre fría de un balazo en la sien.
No habían pasado diez días cuando Juan Carlos Blumberg organizó la primera marcha de protesta contra la inseguridad, a la que acudieron más de 150 mil personas. El diseñador, la arquitecta y el empresario salían -quizás por primera vez- a manifestarse por algo en las calles de Congreso. Impulsado por el masivo apoyo demostrado esa noche, este ingeniero textil de la zona norte del conurbano bonaerense organizó la Fundación Axel Blumberg, desde donde se dedicó a criticar la burocracia en la Justicia argentina, proponer cambios en el Código Penal, y más recientemente, expandir sus propuestas a otros ámbitos no relacionados con la seguridad.
La banda que asesinó a su hijo cayó en abril de ese mismo año; en octubre pasado finalizó el juicio que condenó a Martín “El Oso” Peralta y José “El Negro” Díaz a reclusión perpetua; otros miembros de la banda recibieron condenas menores y algunos fueron absueltos.
Mientras escucho al ingeniero Juan Carlos Blumberg explicando los pormenores del juicio o las fallas del Poder Judicial, me pregunto cómo es posible que este hombre se haya sobrepuesto de tal forma a la peor de las tragedias que a uno se le pueda ocurrir. Cómo es que en tan poco tiempo se convirtió en el vocero de todo un sector de la sociedad porteña y bonaerense que exige “mano dura” contra la delincuencia, y en el único referente potable para la derecha argentina.
Hablamos con él, recién llegado de Europa y tan sólo unas horas después de su reunión con Mauricio Macri, con quien en los próximos días podría sellar una alianza política para disputarle el poder al gobierno de los Kirchner.

Por una cuestión de actualidad periodística quisiera comenzar la entrevista preguntándole si se ha decidido ya a sumarse a alguna fuerza política y candidatearse para ocupar un cargo...
Yo en este momento no he tomado ninguna decisión sobre presentarme para un cargo político; lo que estoy haciendo, recién llegado de vacaciones, es reunirme con dirigentes políticos –he empezado ayer con Macri, el sábado estaré en Mar del Plata con Sobisch- tengo planeadas otras reuniones con otros dirigentes políticos, pero mi idea es reunirme con todos y después hacer una mesa colectiva para fijar políticas de estado de largo aliento, digamos, donde también pedimos si quiere participar el gobierno. Yo creo que la clave, si miramos las encuestas y las estadísticas, es que el problema principal que advierten todos los argentinos es un problema de seguridad. Entonces, yo planteo ¿qué se va a hacer con la seguridad? ¿Qué se va a hacer con la inclusión social?, un problema en este momento sumamente grave porque hay mucha gente que está afuera de todo.
Usted llegaría a la política exclusivamente por sus críticas y propuestas en el área de seguridad ciudadana y reformas en el sistema judicial. ¿Qué va a pasar una vez que estos temas estén superados y se le exija capacidad de gestión en otros asuntos? ¿Se siente usted preparado para trabajar en otras áreas de la vida política del país?
Yo creo que hay muchas cosas en las que se puede aportar si se fijan políticas de estado. Algo que es muy importante es también el tema del agro. El agro en la Argentina es uno de los pilares del ingreso de divisas, pero hay que transformarlo en agroindustrias, no sólo exportar cereales sino también fabricar cosas, como galletitas, fideos, cosas que le puedan dar un valor agregado y darle trabajo a la gente. Lo mismo con la ganadería: estamos reduciendo las cabezas de ganado, mientras que en Brasil, en donde quince años atrás su carne era un desastre, hoy nos han duplicado en cabezas de ganado y son el primer exportador mundial de carnes. ¿Qué se va a hacer con la educación, con lo que andamos tan mal? O con el tema energético con el que tenemos tantos problemas, con cortes de luz en tantos barrios, empresas que quieren pedir aumentos en la energía... En Argentina, en donde tenemos toda esta costa con vientos importantes, se podría estar generando energía eólica equivalente al 10% del total de la energía del país y sin gastar combustible. Hay muchas cosas que se pueden hacer. Primero hay que respetar las disidencias, y después vendrá el tema de las candidaturas. Yo creo que esa es la clave y ese es el trabajo al que me voy a dedicar en las próximas semanas. Lo de mi candidatura lo voy a dejar para el mes de marzo.
¿Qué partidos o sectores se encuentran más cerca de su pensamiento político y sus expectativas?
Bueno, yo me voy a reunir con todos. Yo no quiero dejar a nadie de lado, porque lo que necesitamos es sumar voluntades y buscar las coincidencias. Yo he hecho un trabajo de unos veinte puntos que creo que nadie se puede negar a aceptarlos. Eso es lo que necesitamos en Argentina: empezar a trabajar en equipo, porque hay gente muy valiosa. Ustedes lo saben bien allí en Los Angeles, en donde uno ve profesionales, gente muy capaz que tuvieron que irse por distintos temas, ya sea por seguridad, o por falta de trabajo o de posibilidades de desarrollo. Yo creo que tenemos que buscar que no se sigan yendo y buscar el atractivo para que el día de mañana puedan volver.
¿Cómo definiría el perfil de la gente que lo acompaña en su denominada “cruzada contra la inseguridad” y por extensión a sus eventuales votantes, en caso de presentarse para ocupar algún cargo político?
La gente es maravillosa; nuestro equipo de trabajo es gente que uno la conoce desde hace muchísimos años, padres de chicos que iban con Axel al jardín de infantes, gente valiosa. Hay mucha gente que dedica su tiempo a trabajar en la Fundación, atendiendo gente con problemas de seguridad, de justicia, personas que nos vienen a pedir colaboración... y realmente el trabajo que estamos haciendo es muy grande.
En sus marchas se ve gente que normalmente no acompaña a los reclamos de los sectores más humildes, por eso existe la percepción de que el grueso de sus seguidores son personas de clase media acomodada o clase alta...
¡No, no, es todo al revés...! Yo veo en la calle como gente muy humilde me pide que no abandone esta lucha. Le cuento, como ejemplo, que yo salgo de una planta en Morón y de unos camiones recolectores de residuos me tocan bocina, bajan los muchachos y me abrazan, o vengo recién por la Avenida 9 de Julio y el señor que está vendiendo helados me dice: “Mire, nosotros creemos en usted, no les haga caso a los que lo atacan...”. Toda la gente humilde es la que más apoya y quieren que siga.
¿Bajo qué valores o ideas en común se pueden poner de acuerdo y hasta quizás participar en el mismo espacio político personajes a simple vista tan disímiles como el piquetero rebelde Raúl Castells y Juan Carlos Blumberg?
Bueno, lo que pasa es que él está haciendo un trabajo muy bueno con los jubilados, y me pidió muchas veces que lo acompañe a marchas al Congreso y lo he hecho. También se hizo una marcha a Villa Fiorito en reclamo de seguridad, que es una zona muy humilde del Conurbano bonaerense, y ahí estuvimos. La que más sufre por todo esto es la gente más humilde; la gente que tiene dinero y vive en un country cerrado tiene su propia guardia que lo cuida. A mí me ha tocado hablar con gente que tiene que pagar “peaje” para volver a sus casas, porque hay unos muchachones sentados en la esquina tomando cerveza y a veces drogados, y si la persona no les da tres pesos no la dejan pasar a su casa. Eso es lo que está pasando hoy en la provincia de Buenos Aires.
¿Y qué es lo que el gobierno justicialista de Néstor Kirchner no ha hecho o ha hecho mal en materia de seguridad como para que usted se plante en la vereda de enfrente para organizar un frente opositor?
Realmente ha hecho muy poco. Cuando nosotros hacíamos las marchas a la Plaza Congreso y al Palacio de Justicia, desde el Gobierno no decían nada, pero cuando fuimos a reclamar a Plaza de Mayo, en donde señalamos lo que el Gobierno había prometido y no cumplió, entonces ahí sí se molestaron.
Ya que usted mismo mencionaba antes el tema de la exclusión social: ¿Cómo visualiza el buen funcionamiento de la justicia y la seguridad de los ciudadanos en un país en donde casi la mitad de la población vive en condiciones de pobreza, con cerca de cinco millones de indigentes, sin fuentes de trabajo suficientes y con su sistema de contención social desmantelado?
Lo primero que hay que hacer es poner orden: si usted no tiene orden nunca va a lograr nada. Y respetar a las instituciones, que es la parte clave. Acá cuando se dice que los problemas de inseguridad están relacionados con la pobreza, yo no estoy de acuerdo con eso. Fíjese Chile, que bajó sus índices de pobreza a la mitad y la delincuencia aumentó. ¿Por qué es eso? Bueno, hay factores anexos, como el tema de la droga. Si usted toma el continente africano, va a ver que los índices de pobreza son altos y los de criminalidad son bajos. En América Latina es al revés, porque tenemos toda la problemática de la droga y todo esto. Creo que eso es muy importante, digamos, y no se trata como se debe.
En el caso de Chile hay que hacer notar que cuenta con uno de los índices de desigualdad social más altos del continente... Por otra parte, convengamos que un chico pobre que no va a la escuela, trabaja en los trenes vendiendo garrapiñada y duerme acurrucado a otro en la estación Constitución, tiene más posibilidades de terminar cometiendo cualquier delito que un chico de clase media con sus necesidades básicas satisfechas...
Bueno, pero fíjese que hoy con todos estos casos del “paco”, con las cocinas de drogas en las villas de emergencia, es todo un descontrol. Desde la autoridad de la Provincia de Buenos Aires, en este caso, es un descontrol total. Nosotros tenemos que un 77% de los casos son denuncias de delitos que ocurren en la provincia. En la década del 80 había 400 mil delitos al año; en la década del 90 nos fuimos a 760 mil; y ahora estamos en 1 millón 200. Entonces vemos que todo esto aumentó y nuestra clase dirigente nunca vio nada de estos problemas.
El Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, opinó hace poco que sus propuestas “criminalizan la pobreza”, porque apuntan a la represión de la gente más marginada...
No, bueno... Pérez Esquivel en muchas cosas está equivocado. Nosotros buscamos que toda la gente tenga seguridad, que tenga justicia, y en eso estamos empeñados y eso es lo que estamos haciendo.
¿Por qué cree que buena parte de la sociedad argentina –y por supuesto los grandes medios de comunicación- se escandalizan e indignan cuando la delincuencia afecta a una persona de clase media acomodada y no se les mueve un pelo cuando le ocurre lo mismo a una familia de clase trabajadora de Lanús, por ejemplo, que sufre de la peor de las inseguridades a diario?
Bueno, lo que ocurre es que de alguna manera se trata de tapar todo eso a través de la prensa. Estas son instrucciones que vienen del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, y también desde el Gobierno se tapan cosas. Fíjese que hay muchos periodistas comprados, gente que con la publicidad oficial tapan muchas cosas.
Previo al secuestro de Axel ya se vivía en el país un clima de violencia creciente, un notable aumento de la delincuencia en todas sus formas, el tráfico de drogas, la participación policial en delitos graves, etc., que se padecía sobre todo en las áreas más marginadas del Gran Buenos Aires y otras ciudades del interior. ¿Se interesaba usted por el tema, había concurrido o convocado a alguna marcha, hacía peticiones a los representantes políticos...?
No, no, para nada. Yo estaba recluido siempre en el trabajo, viajaba mucho, trabajaba haciendo fábricas en varias partes del mundo y siempre trabajando afuera, y nunca antes había participado en cosas así.
Con la calentura del momento, usted calificó como “una mierda” el fallo en contra de todos los detenidos acusados del secuestro y asesinato de su hijo. ¿Qué es lo que critica puntualmente de ese fallo?
Bueno, fíjese que nosotros ya hemos presentado a Casación un recurso impugnando todo esto. Por la forma en que se ha presentado, y por lo que han demostrado los jueces... Hay gente que intervenía en esa banda (la que secuestró a Axel) y que fue capturada antes. Uno de ellos se llama Carmona, lo detuvieron cuando fue a cobrar el secuestro de una señora que habían secuestrado antes, y a él le dieron 22 años, mientras que a la gente que intervino en la banda, como las mujeres de los delincuentes, le dieron entre 6 y 8 años. Entonces hay cosas sobradas de que esto fue un desastre. Ya esto había pasado en un comienzo, porque los jueces habían dividido el juicio, lo habían mandado a la Provincia de Buenos Aires en lugar de la esfera federal, y bueno, nosotros fuimos a Casación y luego un fallo de la Corte Suprema dijo que tenía que ser de competencia federal y que se tenía que hacer en un solo juicio. Después que logramos eso, otra vez nos pusieron trabas: nos decían que no podíamos ser querellantes y que el juicio tenía que hacerse a puertas cerradas. Y encima el juicio lo largaban el mismo día que se inauguraba el Mundial de Fútbol...
¿A quién se refiere cuando dice que le ponían trabas?
Al tribunal. Tuvimos que ir otra vez a Casación y ahí pedimos que el juicio sea público, que nos dejen ser querellantes... Siempre tuvimos esa traba del Juzgado, y eso se los dije en la cara a los jueces cuando fui a declarar. A veces, todo esto uno lo dice y molesta. Ahora estamos pidiendo que se destituya a dos jueces federales, a (Gabriel) Cavallo y (Jorge) Ballestero, porque ellos tuvieron escuchas telefónicas de esa banda durante tres años: sabían cómo operaba la banda, cómo robaban coches, cómo pagando coimas fueron liberados de las comisarías, y nunca hicieron nada. Estos son todos amigotes ¿entiende? Lamentablemente.
A su esposa se la conoce poco, rara vez se la ve en los medios y por lo tanto prácticamente no se habla de ella. Por eso nos interesa saber ¿Cómo ha vivido ella toda su tragedia?
Ella realmente está mal anímicamente, incluso ella no participa de la Fundación. Y bueno, cada uno lo asume como es y hay que respetarlo, y a ella esto le ha hecho mucho mal, como me ha hecho a mí, pero digamos que cada uno se encierra distinto. Ella ha empezado a renegar de Dios y un montón de cosas... Tiene todo un trabajo psicológico que la está ayudando, pero todo esto es muy difícil. Piense que Axel era nuestro único hijo.

¿Cuáles son sus principales reclamos hoy en materia de administración de la Justicia y seguridad?
Los reclamos son muchos, pero principalmente apuntan a la Provincia de Buenos Aires en donde todo es un desorden total. La gente día a día se está encerrando en sus casas, pone rejas en las ventanas. Después se empezó a enrejar la Casa de Gobierno, el Palacio de Justicia, después se enrejó el Congreso, el Obelisco, las plazas... y tenemos que sacar las rejas y que tras las rejas estén los delincuentes, no los ciudadanos comunes. †

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  • Carlitos Inmigrante: Gardel en Estados Unidos

    gEs un dato que muchos ignoran, y otros por orgullo prefieren no difundir... El cantante de tango Carlos Gardel, hoy un símbolo de la Argentina, fue en realidad un tipo que se fue del país. Y existen pruebas de que, si no hubiese intervenido la muerte... no pensaba volver a su “Buenos Aires querido”.

    ¿Por qué se fue Gardel de la Argentina? Su ambición era hacer una carrera en el cine sonoro, y la industria cinematográfica argentina era muy precaria por esos años. Además, Gardel se daba cuenta de las ventajas en la distribución de filmar para un estudio como la Paramount, o grabar para la Victor. El estado insatisfactorio de sus finanzas en Argentina puede haber sido otro factor.       
    El dato histórico es que Gardel se fue de la Argentina en 1933. Primero viajó a Francia, donde la Paramount lo contrató para filmar cuatro películas. Viendo resultados promisorios, la Paramount le ofreció un contrato millonario para que se traslade a Nueva York, y Gardel terminó viviendo y trabajando en los Estados Unidos.

    Muchos angloamericanos, que no entendían lo que cantaba, se habían convertido en fans. Entre ellos Bing Crosby, que llegó a decir que "Gardel posee esa cuarta dimensión en el canto, que es la de hacer sentir a los oyentes". 

    Desde un principio, Gardel tuvo éxito en Estados Unidos. En poco tiempo pudo filmar cuatro películas, y ya tenía contrato para dos más. Tenía un programa radial exitoso por NBC, con muchos oyentes hispanos de la zona de Nueva York. Existía la propuesta de pagarle 6000 dólares semanales más el 50% de la recaudación, una fortuna por esos tiempos, para actuar regularmente en el Cine-Teatro San José, del Spanish Harlem.
    En Nueva York, Gardel era un hombre feliz. Su ex-socio Razzano, por esos momentos ya distanciado, admite en su biografía que en Nueva York Gardel tuvo “sus mejores horas de alegría”. Estaba trabajando mucho, pero ganando una fortuna. Vivía cómodamente cerca del Central Park, donde hacía largas caminatas para mantener el estado físico. Estaba lejos de casa, pero entre los amigos que lo acompañaron al exterior y la gente que conoció en Nueva York, entre ellos el joven Astor Piazzolla, estaba satisfecho. Ya tenía un restaurante favorito: el restaurante italiano Santa Lucía.  
    Es interesante notar que en Nueva York, Gardel grabó casi todas sus canciones más famosas. "Cuesta Abajo", "Volver", "Mi Buenos Aires Querido" "El Día que me Quieras", "Por una cabeza" etc. Una notable excepción sería "Tomo y Obligo", grabada en Francia. ¿Por qué? Un posible motivo es que, al existir filmaciones de Gardel cantando todos estos temas, funcionaron como videoclips y fueron pasados hasta el cansancio por la televisión a través de los años. Otro posible motivo es que los temas grabados en Nueva York tienen la excelente orquesta del arreglador Terig Tucci detrás, dando mejor impresión que las “guitarreadas” de las grabaciones argentinas.

    Su trunco destino
    ¿Cuáles eran los planes si no hubiese intervenido la gira fatídica? Trasladarse a Los Angeles, para seguir filmando. La Paramount tenía planeado introducirlo al mainstream americano como una especie de latin lover, un sucesor de Rudolph Valentino, y para eso quería que Gardel aprendiera inglés.

    A nivel musical, "El día que me quieras" nos da una idea de adónde querían llegar... un cantante orientado hacia el mercado latino.

    Ahora la pregunta del millón. ¿Pensaba volver a la Argentina? Aquí no hay que confundirse con la nostalgia de los personajes argentinísimos interpretados por Gardel en sus películas... o las letras de algunos tangos. Existe la versión de que Gardel aceptó hacer la gira fatídica del 1935 porque quería ahorrar dinero para armar una productora de cine propia en Buenos Aires. La versión nace de algunos comentarios de Gardel en sus cartas. Por otro lado, los contratos firmados colocan a Gardel firmemente en los Estados Unidos, posiblemente en Los Angeles, durante los años siguientes.
    Trágicamente, nunca vamos a saber qué hubiese pasado.  
    Ahora... ¿y si Gardel triunfaba en Hollywood? Si nos guiamos por dos argentinos que tuvieron éxito en Hollywood... Fernando Lamas y Alejando Rey... se casaron con mujeres estadounidenses, tuvieron hijos, y nunca volvieron a la Argentina... ni con la frente marchita. ¤

    Fuentes:
    Las imágenes son de un still del film “El tango en Broadway” (1934 Paramount Pictures)
    Libros
    “Archivo Carlos Gardel”, Rawson-Echaniz
    “Gardel en Nueva York”, Terig Tucci
    “Gardel, La Biografía”, Julián y Osvaldo Barsky 

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