Dominaban los techos de las casas
Hoy resultaría un hallazgo encontrarse con alguno de estos sobrevivientes de la prehistoria televisiva, pero unas décadas atrás las antiguas antenas de TV dominaban los techos de las casas argentinas y del resto del mundo. En un principio, cuando los televisores recién comenzaban a comercializarse en el país, estos verdaderos armatostes metálicos con forma de parrilla eran un símbolo de prestigio para las familias acaudaladas, ya que no cualquiera podía adquirir una. Con el tiempo, hasta las viviendas más precarias llegaron a exhibir una en sus techos.
Pocos recuerdan que colocarlas allá arriba no era el fin del trabajo, porque además había que conectar cables hasta el aparato de TV, y para peor, subirse al techo cada dos por tres para ajustarla tras un viento fuerte, o apuntarla en otra dirección para agarrar tal o cual canal que se veía “lluvioso”. Cuántos goles, cuántas novelas, y cuántos finales de películas nos habremos perdido porque esas malditas antenas no captaban la señal con la nitidez suficiente…
Con los años se fueron inventando versiones más pequeñas y efectivas, incluyendo los “orejas de conejo” que su ubicaban encima de la TV y se conectaban atrás.
Podríamos decir que la versión más moderna de estas antenas son las satelitales, como las que aún se usan con los servicios de DirecTV, y que irremediablemente, tarde o temprano, pasarán también a la historia televisiva.¤