Nuestras editoriales tienen generalmente un contenido en el que se trata de dar un pantallazo a los temas recorridos en nuestra revista por nuestros colaboradores. Una especie de anticipo al lector de cuáles son los temas más importantes que tratamos.
Las circunstancias internacionales hacen que este mes dejemos un poco de lado ese estilo para preocuparnos de un tema que aunque no es específicamente tratado en esta revista nos preocupa, y mucho. Los que hacemos esta revista tenemos, en algunos casos, pensamientos muy opuestos en temas del acontecer nacional pero bastante homogéneos en cuanto a lo que está sucediendo hoy en día en Medio Oriente y específicamente en el conflicto entre Israel y el Líbano. Podemos disentir en la raíz del conflicto, pero en lo que no se puede disentir es que para lograr la paz el camino sea la guerra, ya que la única paz que se obtiene con la guerra es la paz de los cementerios.
Este conflicto tiene miles de años y -no siendo estudiosos del tema- no nos parece que podamos opinar sobre él sin herir sentimientos y heridas nunca cerradas.
Lo único que se puede hacer, a nuestro entender, es pedir a todos los protagonistas de este conflicto que enfríen sus cabezas y se abran a escuchar y buscar soluciones.
Por poner un ejemplo, el conflicto con Irak dejó sólo en lo que va de este año 9558 muertos. ¿Cuántos muertos más se esperan del conflicto Israel-Líbano? El ataque terrorista a las torres gemelas dejó casi 3 mil muertos. Esto demuestra que la muerte trae más muerte. Sólo apostar a la vida trae más vida.
La frase del mes:
¿Es esto lo que la comunidad internacional entiende por defensa propia?
Fuad Siniora, Primer Ministro del Líbano. Ø