Septiembre pasó con los avatares y travesías de un ex ídolo deportivo y el cambio del director técnico de la selección, cargo que para algunos es casi tan importante como el de ministro de economía. La prensa cubrió estas dos noticias desde todos los puntos imaginables. Una buena cortina para tapar el aumento de la desocupación, los números de un presupuesto que nunca es como el que informan, y algún que otro negociado a espaldas de los ciudadanos.
Nuestro país está como está, gracias a que el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial son de cuarto mundo, pero no sólo eso, sino que el cuarto poder en Argentina (la prensa), también es del mismo nivel que los mandatarios.
Por estas tierras, más precisamente en California, nuestro gobernador Arnold insiste con su postura anti inmigrante, vetando la ley que le permitiría a los indocumentados tener licencias para manejar por no tener ésta, una marca que deje claro que el portador es un inmigrante ilegal. Sobre este aspecto, grupos judíos de Los Angeles indicaron que cualquier distintivo sobre una licencia les recordaba la estrella de David con la que Hitler hizo marcar a los judíos.
La frase del mes por Raúl Alfonsín
“Con la ley de Obediencia Debida salvé al país”