Ya habíamos opinado en esta columna en alguna oportunidad que la mejor vara para medir el éxito o fracaso de una nación democrática es la igualdad social, países en los que la brecha entre los más ricos y los más pobres es mínima. Por supuesto, esa igualdad se tiene que dar en el bienestar general de los pueblos, no en la miseria. Los países más exitosos del mundo son aquellos en los que prevalece una clase media sólida con una población que cuenta con acceso general a los cuidados de salud, educación, seguridad, libertad de expresión, cultura y trabajos bien remunerados.
En este sentido, se acaban de publicar los datos del reporte 2018 Best Countries Report elaborado anualmente por U.S. News & World Report (la mayor autoridad global en preparación de rankings y análisis), VMLY&R's BAV Group and the Wharton School of the University of Pennsylvania. En su tercer año, el ranking evaluó a 80 países del mundo con criterios que van desde el estado de la economía hasta la cultura y la calidad de vida de sus habitantes. Este año, Suiza fue considerado nuevamente como el mejor país del mundo, seguido por Canadá, Alemania y el Reino Unido. Los países nórdicos, Suecia, Finlandia, Dinamarca y Noruega se ubicaron entre los primeros 15. Dinamarca es el mejor país para criar niños, Noruega por calidad ciudadana, Italia el país con más rica tradición cultural, y Alemania y el Reino Unido los mejores en cuanto a la transparencia de gobierno (cosa que podría verse afectada el año próximo tras la llegada de Boris Johnson como Primer Ministro británico) e igualdad de género.
Estados Unidos, Rusia y China son los países más poderosos del mundo en cuanto a su poder económico y militar.
En cuanto a los líderes políticos, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y la canciller alemana, Angela Merkel, son los líderes políticos más respetados a nivel global, mientras que el presidente estadounidense Donald Trump y el ruso Vladimir Putin los de peor imagen y menos respetados en el mundo.
Argentina figura allá por la mitad de la tabla en el puesto 48, cosa que no suena tan mal considerando los 12 años de kirchnerismo y el estrepitoso fracaso del gobierno macrista que lo sucedió.
En cuanto a Estados Unidos, la Oficina del Censo acaba de publicar que la brecha entre ricos y pobres creció el año pasado a su nivel más alto en más de 50 años de registros sobre desigualdad. En buena parte gracias a la reforma fiscal impulsada por el presidente Trump que redujo los impuestos para los más ricos, y demuestra que los ingresos salariales mostraron una pronunciada caída con respecto a los dos años anteriores, por lo que muchos economistas ya prevén el comienzo de una recesión a corto plazo.
Suiza, Canadá, Alemania… Con todos sus problemas, países exitosos con líderes políticos respetados, sociedades más igualitarias y un espejo para mirarnos y crecer. ¤