Coordinador del Movimiento Chicos del Pueblo y Pelota de Trapo
“El hambre es un crimen”
Hace unos pocos meses, la presidenta Cristina Kirchner se jactaba ante la FAO de que Argentina está en condiciones de producir alimentos para unas 400 millones de personas; sin embargo, no explicó por qué no se comienza a alimentar a los casi cuatro millones de chicos indigentes que sufren hambre en el país de la abundancia. Sobran alimentos y sobran hambrientos. Una paradoja que nos averguenza, y que de tanto repetirla se corre el riesgo de convertirla en un lugar común.
Es increíble, pero el hambre no es el tema principal de las discusiones políticas. No paraliza el país como un Boca-River. No hace tapa en los diarios como el asalto al comerciante de La Matanza ni congrega a miles y miles de manifestantes como las retenciones a las exportaciones agrícolas. Y para ser justos, hay que decir que esto se repite en cada país del mundo, no sólo en el nuestro. El hambre es aterrador, y la indiferencia de los que comemos, siniestra.
Alberto Morlachetti, sin embargo, no es uno de los indiferentes; con la consigna de que “el hambre es un crimen” coordina el Movimiento Chicos del Pueblo, una red de agrupaciones argentinas que trabaja para ponerle fin al hambre. El Movimiento comprende casas de refugio para niños indigentes o con “orfandad social”, escuelas de oficios, una agencia de noticias y hasta una granja... todas subvencionadas con aportes de organizaciones como sindicatos progresistas o de instituciones privadas.
La urgencia por realizar esta entrevista surge a partir de los graves ataques y persecuciones sufridos por miembros del Movimiento, mismos que se vienen sucediendo desde principios de año. Secuestros, golpizas, amenazas... ¿A quién, se pregunta uno, le molesta que se hable del hambre? ¿Quién se beneficia con el hambre de millones de argentinos?
¿Cómo está formado el Movimiento Chicos del Pueblo?
El Movimiento está compuesto por casi 300 obras distintas de diferentes provincias y ciudades del país. No necesariamente existe una uniformidad ideológica entre nosotros; de hecho, no todos pensamos exactamente lo mismo con respecto a los hechos sociales, políticos o religiosos. Nos juntamos porque tenemos valores en común; hoy fundamentalmente lo que nos une es la idea de erradicar el hambre. Nuestro Movimiento nació en 1987 a instancia de una conversación que tuve con el Obispo Jorge Novak, que entonces era Obispo de las diócesis de Varela, Berazategui y Quilmes. Novak fue un hombre que luchó mucho por los derechos humanos en el país y él quería hacer una red ecuménica, con gente de distinto pensamiento, que trabajáramos por los chicos pobres de este país, ya que por ese entonces ya se empezaba a observar una miseria creciente.
La consigna principal del Movimiento es “El Hambre es un Crimen”. Partiendo de esa consigna, y como para comenzar a revertir la situación de indigencia en la que viven millones de chicos, de lo primero que deberíamos hablar es de quiénes son los responsables directos de ese crimen, y quiénes los cómplices.
Le respondería con una metáfora: los culpables son “los accionistas de los niños descalzos”. ¿Quiénes son? Los que distribuyen la riqueza en los diferentes países del mundo, incluyendo el nuestro. Y lo hacen mal.
Y acá empezamos a hablar de la paradoja del país rico con un pueblo hambriento...
Es una gran paradoja... es inexplicable. Por eso decimos que el hambre es un crimen. Los chicos son un préstamo lujoso del futuro, que han sido enviados para que sean cuidados en el presente y que lleguen al futuro en plenitud, como adultos dignos. Pero es muy difícil construir una humanidad sin esa argamasa tan necesaria que es el amor entre los hombres y mujeres. Yo a veces digo que la mejor distancia para construir humanidad es la distancia “de mate”, la de la charla. Cosa que hoy se ha perdido.
¿Quiénes se benefician con el hambre de los chicos argentinos?
Es una pregunta difícil de responder. Lo que está en crisis en el mundo son los valores inculcados por una sociedad creada para ganar, y no para vivir. Eso es el capitalismo. El capitalismo, y esto lo viene demostrando desde hace tiempo, produce pobres en serie, disemina hambre como una peste que invade las ciudades y el campo y termina extinguiendo la vida de millones de seres humanos. El Papa Juan Pablo II decía que el capitalismo extingue la vida humana. El problema es que nosotros, que vivimos en una sociedad de consumo, cerramos nuestros oídos y no escuchamos las palabras sabias. La crisis económica actual, que va a llevar a millones de personas al hambre, no tiene ninguna contemplación por el ser humano. Los estados más ricos van a subvencionar a los bancos, pero no se les ocurre subvencionar a la gente que sufre hambre.
No me gusta hablar de “cifras” en estos casos, pero de acuerdo a la información que maneja el Movimiento ¿a cuántos chicos argentinos alcanza el hambre?
Usted sabe que en Argentina las estadísticas son lo menos fiable que hay, pero más o menos coincidimos en que alrededor del 60% de los chicos viven bajo el nivel de pobreza, de los cuales un porcentual que ronda el 40% vive en estado de indigencia, o sea que no comen todos los días. De todas maneras no nos podemos quedar en los números, porque detrás de cada número hay una vida humana que sufre por algo evitable. Condenándolos al hambre estamos cometiendo un pecado de lesa humanidad.
¿Cuáles son los focos del hambre en el país, aquellas regiones en donde el hambre es más generalizado?
Más que nada el NOA (Noroeste Argentino) y el NEA (Noreste Argentino), más las zonas que rodean a las ciudades de Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Mar del Plata y Concordia... Esas son las ciudades más afectadas hoy.
¿De qué manera afecta el hambre al desarrollo intelectual y motriz de los niños?
La vida del chico tiene dos años clave: sus dos primeros años. Si durante los dos primeros años uno no le da los insumos básicos para la crianza, que son la alimentación, las caricias, la ternura, cosas como guardar su primera foto, es imposible generar una condición humana. En los dos primeros años el chico completa su cableado neurológico, y para crecer sano y desarrollarse necesita estar en un vínculo de amor y en una sociedad que tenga al amor como base.
¿Cree que estamos fabricando una población de personas prácticamente discapacitadas?
Claro, uno logra un desarrollo intelectual menor, menores potencialidades, la imposibilidad de desarrollar una inteligencia plena... pero bueno, eso es lo que hemos logrado los adultos. El hambre mutila fundamentalmente a nuestros niños porque les impide su crecimiento, a los ancianos porque no les permite colmar sus años y a los adultos porque los humilla.
¿Se distingue ya un cambio marcado en el fenotipo del joven argentino, considerando que el hambre y la miseria llevan más de una década azotando a buena parte de la población?
Ya hay notables cambios en la altura; el argentino era más bien un hombre de talla media-alta, y hoy es un hombre de talla media-baja. Digamos que esto recién ahora empieza a notarse, porque estamos viendo las primeras manifestaciones de la pobreza estructural. En algunos lugares, particularmente en donde hay comunidades indígenas o mestizas, usted ya encuentra personas que tienen 40 años y pesan 30 kilos. En esas zonas es común ver cuerpos tallados por el hambre. Pero también en las ciudades se ven chicos obesos con la cara regordeta del hambre, ¿me entiende?
Cuerpos “alimentados” por comida basura...
Así es. Y esto no se refleja sólo en los cuerpos, sino también en el comportamiento. Hoy los chicos y adolescentes no le hacen caso a la palabra del adulto, porque para ellos está cargada de mentira, de su propia miseria. Esto ha producido una fractura entre las generaciones y hace muy difícil la comunicación.
“El hambre es esa ausencia de todo valor humano que degrada a las personas y las convierte en seres deshumanizados, en seres que sólo esperan la muerte”
¿De qué manera participan los chicos en las campañas del Movimiento?
Los chicos participan de grandes marchas junto a sus educadores pidiendo terminar con el hambre. Esto lo hacemos casi todos los años y sale reflejado en la BBC de Londres, en el diario El País de Madrid, e incluso en Estados Unidos también han sido registradas... Y en estas marchas se pide que se acabe con el hambre, reclamándoselo a los adultos, que se han convertido en seres muy indiferentes, que son los que han construido este mundo y lo han hecho muy mal.
Concretamente, ¿qué pretenden lograr con las campañas y las marchas?
Nuestro objetivo es erradicar el hambre... Nada más.
Claro, pero ese es un objetivo muy grande que en el mejor de los casos se va a ir dando gradualmente. Pero ¿cuál sería la primera demanda como para ir encaminándonos en ese rumbo?
Es muy sencillo; dispongamos de tres puntos del PBI de la Argentina para erradicar el hambre, y listo.
Una decisión política.
Es una decisión política. Acá ni siquiera hay que afectar el modo de producción capitalista para erradicar el hambre; simplemente hay que redistribuir la riqueza. Eso no se hace porque hay una avaricia de tal medida que a los poderosos les importa un bledo, tienen corazón de piedra. Y nosotros, con los chicos, les vamos a poner un corazoncito de chocolate. Yo soy enemigo de la violencia y digo que con ternura venceremos. Marchamos con trencitos, inmensos títeres, globos de colores... Por eso nuestras marchas son invencibles. ©
Hace unas semanas se reunieron con el ministro de Justicia Aníbal Fernández para plantearle la situación de persecución que sufren los miembros del Movimiento ¿Qué resultados tuvo la reunión?
No hubo respuesta concreta. Él prometió poner las cuatro fuerzas de seguridad que dependen de su área a disposición del fiscal, pero hasta ahora no tenemos un sólo detenido.
De más está decir que provienen de sectores reaccionarios, pero ¿tienen idea quiénes pueden ser los responsables de los repetidos ataques que sufren los miembros del Movimiento?
No, no tengo ni idea. Lo peor es que tenemos camionetas estacionadas en frente de nuestros hogares, con tres o cuatro personas adentro, vigilándonos, y no se los puede tocar, porque cuando uno se les acerca se van y vuelven al rato... Son los que secuestraron a los chicos. Imagínese que si hubiesen querido agarrarlos lo hubiesen podido hacer, pero actúan con total impunidad.
Para colaborar con el Movimiento de los Chicos del Pueblo, escribir a:
“El Movimiento de los Chicos del Pueblo trabaja para que cada chico tenga su oportunidad, ya que cada chico nace porque no hay nada ni nadie igual a él; es una piecita del gran rompecabezas de la condición humana”