leyenda del rock argentino
Resultaría imposible hacer una reseña de la música popular argentina sin mencionar al hombre del bigote bicolor. Fundador de algunas de las bandas más icónicas del rock nacional, Charly García estuvo allí cuando unos cuantos jóvenes de pelo largo se animaban a componer las primeras canciones del género, y aún hoy sigue coleando, aunque ya no con tantos bríos.
Este 23 de octubre Carlos Alberto García cumplirá 68 años, y desde los tres, cuando su madre le regaló un pianito de juguete, le viene dando a las teclas y a los micrófonos. A los 12, ya se había graduado de profesor de música.
Su primera gran banda fue la inolvidable Sui Generis, en dúo con Nito Mestre. Su primer disco, Vida, editado en 1972, nos dejó himnos como Canción para mi muerte y Necesito. Luego llegaron Confesiones de invierno e Instituciones, con un sonido más electrónico gracias a la incorporación de Rinaldo Rafanelli y Luis Rodríguez, además del guitarrista David Lebón para varios conciertos en vivo. Sui Generis se despidió en 1972 en el Luna Park ante 20 mil espectadores, hasta entonces la más grande audiencia para un concierto de rock.
Luego de grabar un disco con Porsuigieco, junto a Nito, León Gieco, Raúl Porchetto y María Rosa Yorio, Charly desplegó sus ansias sinfónicas en La máquina de hacer pájaros, con la que grabó dos discos, uno autotitulado, al comienzo de la dictadura militar, y Películas, un año más tarde.
En 1978, Charly se asociaba a David Lebón, un joven prodigio de 19 años llamado Pedro Aznar, y el experimentado Moro para formar Serú Girán, con quienes lograría un sonido más sofisticado y editaría canciones inolvidables como La grasa de las capitales, Canción de Alicia en el país, y Encuentro con el diablo.
Su carrera solista no fue menos importante; discos como Clics modernos, Piano bar, y Say no more se cuentan hoy entre los más importantes del rock nacional.
El pasado mes de mayo Charly enamoró a sus fans otra vez en el teatro Gran Rex de Buenos Aires... La leyenda continúa.¤