usaban gomina.
Todos aquellos que hemos perdido a nuestros viejos hace rato guardamos ciertos recuerdos que tienen que ver no solo con el ser humano, sino con los productos de la época que formaban parte de sus vidas cotidianas.
Los atados de cigarrillos, los tableros de un Citroen o un Peugeot, escenas del Grandes Valores del Tango de la TV, perfumes, algún que otro zapato de charol…
Hoy se nos viene a la mente una mezcla de sensaciones provocadas por un producto muy peculiar. Su envase de vidrio, su aroma inconfundible, su consistencia gelatinosa, y sobre todo su intenso color azul.
El fijador para pelo Lord Cheseline llegó a ser una marca registrada de la elegancia masculina a la hora de peinarse. Y aquí es necesario hacer una pausa para diferencia este fijado a base de aceites de la gomina propiamente dicha, que había sido un invento que el estudiante de veterinaria José Antonio Brancato había inventado a base de goma arábiga en 1914. La gomina Brancato alcanzó tal popularidad que llegó a comercializarse ampliamente en Europa.
Otro de los fijadores que marcó una época en Argentina fue la Glostora, cuyo nombre después le dio vida al popular show Glostora Tango Club. Su publicidad aseguraba que “fija armoniosamente sin endurecer el cabello”, que por su calidad “no forma caspa ni daña el cabello”, y que resulta económica gracias a su “alto índice de concentración”.
El fijador Lord Cheseline se dio a conocer a través de una propaganda televisiva en la que en hombre y una mujer flirteaban en un ascensor; la primera interacción no resultó muy positiva, ya que al hombre se le caía el pelo hacia la frente, algo que por entonces era un papelón. Al otro día, sin embargo, el galán se apareció con el pelo engominado, cosa que a su pretendida le encendió una sensual sonrisa. El comercial terminaba con una voz femenina diciendo “Auténticamente masculino”.
Detrás del cabello prolija y varonilmente asentado de nuestros viejos, se encontraba este gel del color azul más azul que hemos encontrado jamás.¤