El relato de un policía argentino honesto que no aceptó un soborno de 11 millones de pesos
En la madrugada del último 4 de abril, domingo de Pascua, poco después de las 3 de la madrugada, vecinos de la Ciudad de Córdoba llamaron al 911 para denunciar que varias personas se desplazaban por los techos de la muy conocida tienda “Los Ángeles”, ubicada en la calle Rivera Indarte, en el centro urbano y comercial de esa ciudad.
Luego de una búsqueda intensa, los primeros policías llegados al lugar, comandados por el oficial Marcos Arce, detuvieron a cuatro delincuentes y recuperaron una fuerte suma de dinero, que los ladrones habían robado de la caja fuerte de dicho local comercial. Lo singular del hecho sucedió momentos antes de la detención, cuando el cabecilla de la banda le ofreció al oficial Marcos Arce una mochila llena de dinero para que lo dejara escapar junto a sus compinches. Lo que no sería gran noticia en Finlandia, por ejemplo, en Argentina tuvo gran repercusión: el oficial rechazó el soborno. Esta detención alcanzó una gran difusión nacional, porque en esa mochila había nada más ni nada menos que 11 millones de pesos (aproximadamente 118.000 dólares estadounidenses).
Cabe señalar que esa suma equivale a más de diez años del sueldo del oficial Arce. Poco después, la jefa de la Policía de Córdoba, Comisario General Lic. Liliana Rita Zárate Belletti, recompensó a Marcos Arce con una placa en reconocimiento por su trabajo.
El Suplemento entrevistó a ese honesto oficial de policía para conocer los detalles de ese evento, tan difundido por los medios más importantes de la Argentina. Cabe destacar que Marcos Arce actualmente es el jefe de la Tercera Compañía de Cuerpo de Vigilancia Especial, destinada a la custodia del casco histórico de la capital provincial cordobesa.
¿Cómo se iniciaron los hechos?
Fui comisionado por el 911, porque vieron a un sujeto por los techos del lugar del robo. A partir de ese momento, se activó el protocolo de actuación policial y el suscripto, junto a tres subordinados, empezamos a buscarlo.
Supongo que fue una situación, a priori, de gran peligro...
Sí, porque los locales comerciales que se encuentran en el casco céntrico de la Ciudad de Córdoba son de gran envergadura económica, por lo que se deduce que si un delincuente decide cometer un ilícito en esos sitios no va estar solo. Entonces procedimos al chequeo de los techos. Cuando llegué, obviamente, desconocía las intenciones del sujeto que habían visto.
¿Cómo se procede en casos de ese tipo?
Según el protocolo policial de la provincia, la búsqueda en el interior de un edificio no puede iniciarse con menos de cuatro efectivos. ¿Por qué? Porque nadie sabe con qué se va a encontrar. Para hacerlo, nos dividimos en dos grupos de dos efectivos cada uno. Buscando descubrimos a cuatro sujetos agazapados sobre el techo de la tienda Los Ángeles. Se les dio la voz de “alto” a los sujetos. Ante esto, emprendieron la fuga. Tres corrieron sobre los techos colindantes y el cuarto se arrojó al vacío con la intención de huir por el sector peatonal, pero debido al operativo cerrojo implementado en las inmediaciones, fue el primero en ser aprehendido.
¿Cuándo perseguían a los otros tres ladrones usted desconocía si estaban armados o no?
En ese momento no pude precisar que hayan estado armados o no. Lo que puedo decirle es que yo en ningún momento pude divisar arma alguna. Después, cuando revisamos su historial, supimos que eran delincuentes con frondosos antecedentes criminales.
¿Sintió temor mientras revisaba los pisos?
Nunca siento temor, porque siempre me aboco y me comisiono a Dios para que me proteja a la hora de tomar servicio. Desde que salgo de casa hasta que regreso sano y salvo. Además, luego de tres años de estudio en la Escuela de Oficiales, llevo 12 años realizando tareas de prevención en la provincia de Córdoba, y hemos recibido muchas capacitaciones para afrontar situaciones simples o muy complejas, como esta.
¿Cómo fue el ofrecimiento del soborno?
El referente de la banda me habló a mí porque fui el primero en tener contacto con ellos, y en esos momentos era el jefe a cargo. Me dijo que tenía una mochila llena de dinero y que me la dejaba si yo le permitía marcharse del lugar “como si nada hubiese pasado”. Ahí le respondí “Mirá mis borceguíes, los tengo desgastados de tanto caminar durante la noche, de tanto combatir la delincuencia. Mirá… si pensás que yo voy a modificar mi conducta a mis 40 años de vida… estás equivocado. Naci honesto y así voy a morir”.
¿Y ahí los detuvieron?
Sí, pudimos aprehender a todos los involucrados y se recuperó la totalidad del dinero robado, que superaba los 11 millones de pesos, dinero que posteriormente fue restituido al damnificado el mismo día. Tuve la suerte de ver el rostro de alegría de ese ciudadano al recibir su dinero, razón por la cual estoy muy orgulloso. Quiero informarle que este no fue un caso aislado. En un mes y medio tuve tres procedimientos importantes en montos de dinero, con la gente que me acompaña todas las noches. Recuperamos 1 millón 800 mil pesos en oro, producto de un secuestro, y más de un millón de pesos en telefonía celular en un local comercial. Gracias a Dios, todo lo recuperado fue devuelto a sus dueños. La tranquilidad y el regocijo que provoca en mi alma al ver el rostro de las personas al recuperar sus bienes son indescriptibles. También debo aclararle que no soy el único policía que hace bien las cosas o intenta hacerlas. Hay varios compañeros que actúan de la misma forma. Lo único diferente es que este caso tuvo mucha difusión pública. Provengo de una familia de policías. Mi padre, que falleció en el 2017, le salvó la vida al ex presidente Ricardo Alfonsín, dado que formaba parte de la brigada de explosivos y desactivó una bomba que intentaba matar al presidente en ejercicio. Y tengo un hermano policía que ya se jubiló.
Sé que su trabajo en este caso fue reconocido por la jefa de policía de Córdoba.
Recibí felicitaciones de la superioridad desde el minuto cero. Siempre nos acompañan e incentivan para aprender y progresar en nuestra tarea. Para mejorar cada día siempre me levanto y pienso: ¿Que desearía yo de un policía si fuese civil? Si yo fuera una persona civil, lo primero que pretendería de un uniformado es que fuera transparente, honesto, que se la juegue por la sociedad y que enfrente toda situación donde un trabajador corra riesgo. Solamente hice lo que tenía que hacer. Hoy en día, el sistema de salud es el que lleva la bandera heroica hacia el frente de la sociedad.
En esos momentos de tanto peligro ¿en qué pensó?
Lo único que tengo presente en mi cabeza todos los días, a la hora de retirarme y a la hora de volver a casa, es pensar en mi hijo Tobías, de 14 años. Es la luz de mi vida en los momentos felices o tristes. Tobías me acompaña y vive conmigo desde los seis años. (el oficial está separado). Quiero contarle que lo mejor que me tocó vivir sucedió al otro día. Cuando este hecho alcanzó difusión nacional, mi hijo me envió un Whatsapp. Al leerlo se me sensibilizó el cuerpo y las lágrimas no paraban de salir. Tuve que tomar aire y respirar nuevamente para continuar con mis obligaciones.
¿Puedo saber que decía ese mensaje de Tobías?
Decía: “Grande, crack”. ¤