Cuando la argentina Norma García llegó a este país en 1963, era la típica estudiante universitaria porteña que quería conocer otras culturas, ganarse unos dólares y luego regresar a su país… Nunca se imaginó que su destino la tenía como protagonista en uno de los lugares más famosos de Los Angeles: la histórica Calle Olvera. Hoy Norma es la dueña de una de las principales tiendas, la Casa California, y tesorera asistente de la organización que mantiene sus tradiciones. Aquí nos cuenta su historia.
¿Cómo fueron las circunstancias de su llegada a este país?
Nosotros éramos del barrio porteño de Barracas. Yo había terminado la primaria y la secundaria, y estaba estudiando ingeniería en ese edificio que parece una abadía en la Avenida Las Heras. Una familia amiga me invitó a conocer Estados Unidos. La idea era conocer, ganar unos pesos y volverme a la Argentina.
¿Y que pasó?
Aquí conocí a un empresario que quería abrir un centro comercial latinoamericano y me propuso ser su secretaria. La idea era fomentar el intercambio entre los distintos países de las Américas. De la Argentina quería importar las cerámicas Hartford. Me pareció un proyecto muy interesante, entonces acepté el trabajo. Buscamos apoyo de los distintos consulados, incluso del argentino, pero fue en vano…. en un año el proyecto fracasó. A esta altura ya estaba dispuesta a regresar, pero una señora que trabajaba en el restaurante de al lado, cuando se enteró que me quedaba sin trabajo, me ofreció trabajo en el restaurante. Yo argumentaba que todavía no hablaba inglés, pero me insistieron. En ese restaurante terminé trabajando veinte años.
Entonces ¿cómo entra a la Calle Olvera?
A través de mi esposo, que trabajaba aquí. Siempre me interesó esta calle, tiene una historia muy interesante. Este es el lugar donde se fundó la ciudad, pero en la década del veinte era un callejón muy sucio, con edificios históricos que estaban en pésimas condiciones y a punto de ser derrumbados. Uno de ellos, el Avila Abode, le interesó a Chistine Sterling, una mujer que había llegado de San Francisco. Empezó una campaña para salvar el viejo edificio, y luego tuvo la idea de convertir toda la calle Olvera en un mercado mejicano como los de antes… artesanal, y que cada mejicano pudiera subsistir. Era muy buena con las relaciones públicas, y logró el apoyo de Harry Chandler, el dueño del Los Angeles Times, entre otros… Finalmente inauguran el mercado en 1930 como una atracción turística.
Conocí a Mike García, mi esposo, en el restaurante donde yo trabajaba. La señora Sterling le había dado trabajo en el mercado cuando todavía era un chico de siete años y lustraba zapatos. Luego mi suegra empezó a trabajar en la Calle Olvera. Así que en los sesentas, cuando los conocí, cada uno tenía un puesto en la Calle Olvera. Mike se enamoró de mí, y nos casamos en 1966.
¿Y la Casa California?
Bueno, aclaremos que no es mía. Estas cuadras son un parque histórico del Estado de California, y todos los edificios en la calle Olvera son monumentos públicos. La ciudad de Los Angeles, que por convenio es la que nos administra, nos trata como simples inquilinos. Esto es algo reciente, ya que antes teníamos más derechos. Por ejemplo, Casa California pertenecía a unos viejitos que se querían retirar, y nosotros tuvimos que pagar una “llave”, como dicen en Argentina. Ahora yo solo puedo transferirle todo a mi hija, no me permiten vender el negocio.
¿Y quienes son los clientes?
Esta es una zona turística, entonces le vendemos souvenirs y artesanías a los turistas. Hace años que el turismo a Los Angeles ha bajado mucho, entonces dependemos cada vez más de la gente local. Compran papel picado, piñatas, cosas para la casa. También nos dedicamos a las fiestas. Por ejemplo, el Día de los Muertos es de mucha venta para nosotros.
Veo que también venden santos, estampitas, productos religiosos...
Son una parte importante de nuestro negocio. No hay muchos negocios en Los Angeles que se dedican a ese rubro. Cuando se acerca Navidad, estamos con los nacimientos. Cuando se acerca la fecha de la Virgen de Guadalupe, que por supuesto es la más popular, vendemos muchas cosas relacionadas con ella. Otras vírgenes populares son la Virgen de Juquila y la Virgen de San Juan de los Lagos, que es muy parecida a nuestra Virgen de Luján.
¿Qué otros santos son populares?
Bueno, sigue siendo muy popular San Antonio, que ayuda a encontrar cosas y personas. Y San José Trabajador. Una imagen de San José puede ayudar a vender las casas. Con San Ignacio de Loyola la gente hace un cuadrito, y lo ponen detrás de la puerta como protección. Y el Santo Niño de Atocha.
Veo que en Olvera Street también mantienen las tradiciones….
Sí. Estoy orgullosa de pertenecer a una asociación, la Olvera Street Merchants Association Foundation, que se encarga de organizar eventos para todas las fiestas tradicionales: Los Tres Reyes, la Fiesta de la Candelaria, Las Posadas. Siempre hay algo en Olvera Street. Antes teníamos mucho apoyo de la Ciudad, pero ahora los fondos son muy limitados y dependemos de las donaciones. Y mientras tanto la Ciudad no sabe qué hacer con la histórica Pico House, que lleva años vacía y todos estamos manteniendo con nuestros impuestos.
Hablando de la Ciudad…¿cómo es la relación?
Estamos muy contentos con Chris Espinoza, el manager de la administración, pero él depende de una comisión nombrada por el City Council que es la que tiene el poder. Y francamente son fríos hacia nosotros. No nos gustó como nos trataron con el tema de los alquileres, que subieron muchísimo. También existen temas generales. Esta ciudad no promociona mucho el turismo, y eso nos afecta directamente. Queremos más eventos, como mariachis, en esta zona. También tenemos el problema del estacionamiento disponible, que es muy caro, o los permisos que están dando… son muchas cosas.
¿Saben algo acerca del Hall Italiano, que va a ser el gran museo ítaloamericano?
Se demoró la apertura hasta mediados del 2015. Pero nosotros no tenemos muchas expectativas de que atraiga gente a la calle. Los italianos no van a salir de ahí. Algo similar pasó con el mural de Siqueiros, que parecía una tabla de salvación pero hoy viene poca gente. El problema es que Olvera hoy tiene que competir con otras zonas comerciales mejicanas, y otras atracciones turísticas.
¿Todavía mantiene una relación con Argentina?
Mientras estuvo enfermo mi esposo no pude ir, pero finalmente pude ir a Buenos Aires hace algunos meses. Me encanta ir… amo a Buenos Aires. Y le voy a contar una cosa… ¡todavía conservo mis amigas de la secundaria y de la facultad! ¤