Etapas de la Adolescencia

Parte II
Los investigadores a través de estudios de observación, entrevistas, datos estadísticos y seguimiento a lo largo del tiempo, han concluido que la adolescencia es un período del desarrollo humano que se manifiesta entre los 10 y 21 años durante tres etapas diferenciadas per se y con espacios de 3 y 4 años cada una. Cada etapa tiene sus propias características y reconocerlas ayuda tanto a los padres como a sus hijos a vencer los primeros atisbos de inseguridad, temor o confusión.

En cada etapa del desarrollo del adolescente, notables niveles de cambios físicos, emocionales, intelectuales y sociales constituyen la impronta de su crecimiento (armonía entre el cuerpo, mente y espíritu) y que es evidente en su expresión verbal y no verbal.

Primera Etapa: Adolescencia Temprana entre los 10-14 años

Período caracterizado por notables cambios iniciados en la pubertad (etapa previa) en que el desarrollo físico (complementado con el influjo hormonal, cambio de voz, aparición del vello, etc.), intelectual (tendencias, disciplina, hobbies, etc.), emocional (fluctuación de su autoestima, inestabilidad, contestaciones agresivas, etc.), y social (proyección y expansión interactiva desde el grupo de sus congéneres hacia otros círculos) despega sincronizadamente focalizado en un tiempo presente cuyo crecimiento no mide aún las consecuencias de lo que ellos piensan, sienten, dicen o hacen. Su cerebro aún no está completamente desarrollado y su capacidad de planificar a largo plazo está en formación. La inmediatez es la mayor justificación de sus actos.

Segunda Etapa: Adolescencia en Transición entre los 15-17 años

El desarrollo físico (su altura sobrepasa a la de sus progenitores, especial atención a su apariencia y arreglo personal, moda, tendencias, música, bailes, deporte, etc.), intelectual (pensamientos profundos sobre su existencia, sus creencias, su futuro, expresión verbal compleja, etc.), emocional (pensamientos profundos sobre su sexualidad, énfasis en su libertad de expresión, independencia y privacidad en el hogar apostando por su espacio interior, etc.), y social (estrechos vínculos con los amigos que ellos confían y aprecian, etc.) va afianzando paralelamente su ser individual y grupal que le distingue en su medio familiar, académico y comunitario. Su conformidad es asentar la diferencia. Su modo de vestir es un mensaje al mundo en su búsqueda por definir su identidad.

Tercera Etapa: Adolescencia Final entre los 18-21 años

Durante esta última etapa del crecimiento, se va perfilando una persona cuyo desarrollo físico (acentuado retoque por exaltar su apariencia y hacerla más atractiva, etc.), intelectual (capacidad de ver, entender y captar el resultado de sus actos y elecciones y reconocer el stress que demanda la elección de una carrera, etc.), emocional (aceptación de la conformación de su nuevo ser, confianza en sí mismo, y la permanente expansión de sus círculos sociales va reafirmando y consolidando su status, etc.) y social (disfruta de su tendencia gregaria al máximo, etc.) ha ido consolidando las fuerzas de la naturaleza humana en un ser único, diferente, y listo para seguir con el curso de su vida nutriendo sus aspiraciones para responder positivamente (en un futuro) a las necesidades culturales de la sociedad.

Cuando reconozca y entienda cada una de estas importantes etapas del desarrollo humano, el adulto estará mejor informado para comprender, apoyar y ayudar al adolescente que está en su casa –o en su clase escolar- y poder apuntalarlo, si las circunstancias lo ameritan, en su inevitable camino hacia la adultez. De esta manera, el rol formativo de la familia es fundamental para la orientación del adolescente, quien en la actualidad está inmerso en un mundo caracterizado por la inestabilidad política y social, lo cual incide indirectamente en su personalidad, comportamiento y en la esperanza para su futura realización personal.

La gradual transformación
El adolescente, cada día se va transformando en un joven adulto.

“Nuestra tarea como padres, abuelos, educadores o líderes de opinión es comprenderlos, demostrarles nuestro aprecio y poder contribuir eficazmente en la reafirmación de su fresco perfil humano”

Nuestra tarea como padres, abuelos, educadores o líderes de opinión es comprenderlos, demostrarles nuestro aprecio y poder contribuir eficazmente en la reafirmación de su fresco perfil humano.
La empatía (vs. indiferencia), la compasión (vs. frialdad), la flexibilidad (vs. intolerancia) y la firmeza (vs. inconsistencia) son valores fundamentales que los progenitores deben cultivar y la sociedad debe fortalecer para validar en cada adolescente y con una mirada humanística su renacer interior y reafirmar su equilibrio.
Nuestros adolescentes constituyen el futuro. Vivamos con ellos el presente, que es un regalo, y ayudémosles afablemente a consolidar su presencia y su vida interior para ser felices.¤