Nunca antes la violencia causada por terroristas locales contra las escuelas de los Estados Unidos había alcanzado el nivel experimentado en el 2018. Y un día, miles de jóvenes dijeron Basta, y marcharon por diversas ciudades del país demandando el control de armas de fuego, algo a lo que tanto se resisten los políticos comprados por la industria.
Esta vez los chicos estadounidenses y de varios países del mundo salieron a las calles para protestar por la falta de acción en lo que respecta al cambio climático. Después de todo, son ellos los que heredarán un mundo al borde del desastre ecológico.
Un informe de la ONU difundido el mes pasado advirtió que la temperatura del Ártico sufrirá un aumento de entre 3 y 5 grados centígrados hasta 2050. Esto podría provocar un deshielo sin precedentes en la historia moderna de consecuencias devastadoras e irreversibles para el medio ambiente. Este no es un fenómeno nuevo, ya que desde 1979 el hielo marino del Ártico disminuyó en un 40 %; sin embargo, el calentamiento global se va incrementando y en tan solo una década ya no habrá hielo en los veranos árticos. De seguir a este ritmo, el mundo, tal cual lo conocemos, cambiará dramáticamente en las próximas décadas. Por eso, este movimiento mundial de jóvenes sale a las calles para demandar que los dirigentes políticos de sus respectivos países dejen de darle la espalda a las advertencias de los científicos y continúen contaminando el planeta a través de sus diferentes industrias.
Aquí en los Estados Unidos, el movimiento Zero Hour, creado por la adolescente de origen colombiano Jamie Margolin, es uno de los líderes en combatir el cambio climático. “Me molesta demasiado”, declaró Jamie a la prensa local, “que la gente con poder, que realmente son los que pueden y deben combatir esta emergencia, nos diga: 'Aww, qué lindos, me encanta lo que hacen; sigan así que van a cambiar el mundo'. ¿Qué les pasa? No es mi responsabilidad, es la de ustedes. Es ofensivo, no tiene sentido y es doloroso ese discurso”.
El puntapié inicial de este movimiento estudiantil global en la lucha contra el cambio climático fue dado por la joven sueca Greta Thurnberg cuando comenzó su propia campaña escolar para demandar a las autoridades de su país que comiencen a trabajar ya para rectificar esta gradual catástrofe climática.
En su discurso en la Cumbre del Clima realizado en Polonia, increpó a los políticos y empresarios presentes sin medias tintas: “Ustedes no son lo suficientemente maduros para decir las cosas como son; incluso, esa carga nos la quieren dejar a nosotros, los pequeños. Dicen que aman a sus hijos por encima de todo, pero les están robando el futuro ante sus propios ojos”.
Mientras los líderes políticos de las naciones desarrolladas se mueven con demasiada cautela, cuando no son directamente negacionistas del cambio climático que advierten los científicos de todo el mundo, son los jóvenes, otra vez, los que marcan el rumbo hacia un futuro mejor, un futuro que les pertenece a ellos y a las próximas generaciones.¤