Por lo general, siempre escribo del boxeo de tal o cual peleador, o bien de alguna pelea. Pero hoy les voy a contar ciertas cosas de la historia, como dónde y cuándo se inician las peleas. Quizás la primera la protagonizaron Adán y Eva, pero sobre este posible combate, no hay nada escrito.
Lo que es cierto, según lo que he leído y escuchado de gente como Don José Sulaimán Chagnon, el difunto presidente del Consejo Mundial de Box (CMB), Cus D'Amato y otros eruditos en materia boxística, es que nuestro querido boxeo nace 5,000 años antes de la era cristiana, precisamente en Etiopía. Ocurría que cuando dos guerreros peleaban, los demás hacían un círculo alrededor para verlos combatir. Por eso es que actualmente seguimos llamando “ring” (círculo) a lo que en realidad es un cuadrilátero.
Luego Etiopía sufre la invasión de los griegos, y como estos peleaban mucho entre ellos por razones políticas y económicas adoptan el competir y no pelear. Introducen el boxeo dentro de los juegos olímpicos en 688BC junto al maratón, la jabalina (lanza), lucha, y la bala (una roca).
Pero los griegos sufren la invasión de los romanos, quienes construyeron sus coliseos circulares para hacer sus espectáculos. Luego el boxeo es prohibido por ser un deporte violento y salvaje.
Entonces el boxeo prácticamente desaparece como deporte en los siguientes siglos hasta que en Inglaterra los bocetos del campeón indiscutido de puño limpio, Jack Broughton (discípulo de otra leyenda de esos tiempos, James Figg) fueron escritos en 1743. Esas reglas recién se habían oficializado en 1838. Siete fueron las primeras reglas, pero se incrementaron por ese entonces a 23 para luego sufrir otra modificación en 1853 llegando a 29. Estas reglas establecían, entre otras cosas, que el (mal llamado) ring sería un cuadrilátero de 24 pies por lado, 7.3 metros cuadrados, rodeado de 2 cuerdas y si uno de los peleadores no podía levantarse por sus propios medios al cabo de treinta segundos, era declarado perdedor. Se prohibía morder, cabecear o golpear al rival debajo de la línea del cinturón. Así con estas estipulaciones el boxeo seguía siendo considerado un deporte salvaje y marginal y se conocían como las reglas del London Prize Ring.
Un virtuoso galés llamado John Graham Chambers, decidió que era tiempo de hacer nuevas modificaciones a las reglas del pugilismo. Así en 1865 redactó un código de 12 puntos. Entre ellos destacaban la reducción de la cuenta de protección a 10 segundos, la introducción de los guantes y la determinación de 3 minutos de duración por round, con un minuto de descanso entre los mismos. Ya no se peleaba sólo para ganar, sino para ganar según las reglas.
Como era habitual en esos tiempos, para promulgar las normas se necesitaba de alguien influyente que se prestara a patrocinarlas. Y allí es donde Chambers acude a uno de los fundadores del Amateur Athletic Club del cual también Chambers era socio, al noveno Marqués de Queensberry, el escocés John Sholto Douglas, y en 1867 se promulgó “Las Reglas Queensberry para el Deporte del Boxeo”.
Poco a poco las nuevas normas fueron adquiriendo adeptos, apoyadas por un fallo judicial de 1883 que prohibía las peleas a puño limpio.
Si bien era un entusiasta del boxeo, el noble escocés John Sholto, célebre por sus violentos arrebatos, poco tuvo que ver con la modificación de las reglas del London Prize Ring. Pero así es que forjó su nombre en la inmortalidad como “El Padre de las Reglas del Boxeo Moderno”.
La historia del boxeo continúa con interesantísimos datos, así que en la próxima la seguimos.
Un gancho y nos vemos en la próxima de NOCAUT. ¤