La Argentina logró tener su primer campeón mundial el 26 de noviembre de 1954, cuando en Tokio, Japón, el gran “Pascualito” se llenó de gloria, arrebatándole la corona mundial al japonés Yoshio Shirai, por decisión unánime, después de haber empatado con el mismo peleador en el mítico Luna Park apenas unas 4 meses antes (7 de julio de 1954). En una tercera pelea ratificaba su superioridad sobre el hijo del sol naciente noqueándolo en 5 asaltos el 30 de mayo de 1955, de nuevo en Tokio, Japón.
Lo de Pascual Pérez, nacido el 4 de mayo en 1926 en Tupungato, Mendoza, fue enorme. En esos tiempos dentro del boxeo había una sola organización, la Asociación Mundial de Box (AMB) y solo ocho divisiones. Ahora hay 4 organizaciones que rigen al boxeo mundial y 17 divisiones por organización.
Pascualito nunca pesó más de 48 kilos y tenía una altura de un metro cincuenta. Y en esos tiempos la categoría más pequeña era la división de peso mosca, 52 kilos. Así que siempre daba 4 kilos de ventaja y además de una ventaja en altura. Cuatro kilos en boxeo es muchísimo, pero Pascualito tenía eso que sólo tienen los elegidos, y lo demostraba en cada combate.
En Argentina y Sudamérica ganó cuanto campeonato tuvo por delante. En el año 1948, en Londres, lograba ceñirse la corona de laureles al proclamarse Campeón Olímpico. La verdad, creo que fue único. Lo logró todo.
Pero... siempre los ‘peros.” Su final fue triste y trágico. Triste porque me tocó verlo ya retirado con un montón de esos falsos amigos, que andan de noche porque se les hizo tarde. Recuerdo que una noche en mis tiempos de bailarín de tango y folklore, estábamos trabajando en un lugar en el centro de Buenos Aires llamado Achalay. Había una mesa donde estaba Pascualito con esos seudos amigos y lo hicieron salir a la pista a hacer sombra (tirar golpes al aire). Realmente nos pareció a mí y a mis compañeros una falta de respeto a nuestra gloria del boxeo. Y como se lo hicimos saber, la cosa casi termina a las piñas.
Lo trágico fue que después de una separación conyugal traumática y de romper con su manejador Lázaro Kosci, de quien se dice que no solamente se llevó el dinero de su pupilo sino también su esposa, el gran Pascual Pérez terminó sus días solo y abandonado en un hospital público.
¡Qué final! La muerte logró lo que otros arriba de un ring no lograron, noquearlo definitivamente el 22 de enero de 1977. Tuvo palmarés de 84 peleas ganadas (57 KOs), 7 perdidas y 1 empate.
¡Grande, Pascualito! Fuiste un grande y seguro que allá en el cielo, tu estrella de gran campeón siempre estará brillando con todo su esplendor.
Un gancho y nos vemos en la próxima de NOCAUT.©