Para quienes no lo conocen, hoy les voy a presentar a Miguel Díaz, “Miguelito”, para todos, quien se ha ganado el respeto de propios y extraños, con un oficio en el cual se requiere mucha dedicación y que no es nada fácil.
¿Pero cuál es ese difícil oficio en el cual trabaja Miguelito Díaz? Bueno, él es ‘cutman’ como se dice en inglés, o bien, quien cura las heridas que por lo general se producen en los combates, donde en menos de un minuto se debe de restañar una herida o más. Hay que ser rápido y preciso. No hay margen para errores, porque esto puede resultar decisivo en una pelea.
Tuve la suerte de conocerlo cuando llegué a estas pampas californianas con montañas en 1970. Él ni yo estábamos en estos menesteres del boxeo, pero una sacudida que nos dio la madre naturaleza (terremoto del ’71) hizo que hiciera maletas y se fuera con su familia a vivir a Las Vegas, en donde encontró su verdadero destino.
Como había nacido prácticamente dentro del movimiento de los gimnasios, y con 27 peleas como amateur, el bichito del boxeo ya lo había picado y se metió de lleno en él.
Comenzó entrenando algunos peleadores que recién se iniciaban, como Kid Akim, Floyd Mayweather, Sr., y Roger Mayweather. Por esos años yo trabajaba para el Forum de Inglewood. Algunas veces Miguelito me llamaba y preguntaba si había alguna pelea para sus pupilos. Y como siempre fuimos amigos, yo le ponía mi mejor empeño para conseguirle algo a ése ahora ex-colorado (porque ahora peina canas),
Se ha dado el gusto de estar trabajando en la esquina en más de 200 campeonatos mundiales. ¡Sí!, más de 200 peleas de campeonato, no estoy exagerando ni mucho menos. Peleadores de la talla de Stevie Johnson, Pedro Décima, César Bazán, Johnny Tapia, “Chico” Corrales, Roger Mayweather, Cesar Soto y Marcos Maidana, lo tuvieron de entrenador.
Una lista interminable de grandes campeones como Manny Pacquiao, Joshua Clottey, Kelly Pavlik, Floyd Mayweather, Jr., Erik Morales, James Toney, Eric Morel, Jorge “El Travieso” Arce, José Luís Castillo, Carlos “El Famoso” Hernández, Israel Vázquez o Martín Castillo apreciaron su sapiencia en curar heridas con rapidez y profesionalismo.
¿Quién no conoce a Miguel Díaz, el argentino dentro del mundo boxístico donde con trabajo y seriedad se ha ganado un lugar muy importante dentro del mundo de fistiana y se lo merece. Ha trabajado mucho, siempre fiel a su compañía Top Rank que encabeza ese señor promotor que es Bob Arum.
Miguelito sigue dando qué hablar. Miembro del Salón de la Fama del Boxeo, Entrenador del Año en 1999 y con un record de 27 peleas amateurs, con más de 200 campeonatos mundiales trabajando en las esquinas. Y con un record familiar no muy bueno, porque la buena “Mimí,” su esposa, tiene mejor record que él en peleas familiares.
Si alguno de ustedes tiene un corte, llámenlo. Es muy bueno curando heridas y como amigo, es excelente.
Un gancho y nos veremos en la próximo de NOCAUT. ©