La carrera de intérprete es una de las favoritas entre los argentinos de clase media que buscan abrirse camino en California. Y son tantos los argentinos trabajando de intérprete, que el asunto merecía una investigación periodística. El Suplemento entrevistó a un verdadero experto en el tema. El ingeniero argentino Néstor Wagner es el fundador y director de la Southern California School of Interpreting, una institución clave que, desde 1993, prepara tanto en su sede de Santa Fe Springs como online, a las personas que buscan certificarse o aprender el oficio.
¿Cuáles son las principales ventajas de seguir una carrera de intérprete?
Una de las principales es la flexibilidad en el trabajo. El intérprete no necesita trabajar 40 horas por semana si no quiere o puede hacerlo. Uno puede elegir el tiempo que está disponible para trabajar, y eso resulta muy interesante para muchos. El segundo punto importante es que se paga bien la interpretación. Las personas que pasan el examen estatal ganan 282 dólares por día, y las agencias federales pagan 30 dólares la hora y permiten trabajar hasta 12 horas por día, siete días la semana, con beneficios. Es una carrera con muchas opciones.
¿Por qué hay una demanda?
Existe un derecho constitucional aquí que marca que una persona acusada de un delito tiene el derecho de entender el proceso judicial. Esto genera una enorme demanda de intérpretes en los juzgados de todo el país. En el campo de la medicina, con su terminología tan especial, también se necesitan intérpretes. Ahora, algo muy interesante está sucediendo. A estas áreas “tradicionales” de trabajo se le ha sumado el gobierno federal, que necesita cubrir muchas posiciones en lugares como inmigración, la DEA, el FBI. Y con el tema de las escuchas telefónicas. Estos son los llamados “analytical linguists”. El gobierno federal tiene un contrato con agencias de trabajo privadas, que a su vez están buscando intérpretes por todas partes. ¡A nosotros a veces nos contratan a los alumnos antes de que terminen!
¿Y en el sector privado?
El derecho civil también genera una demanda, y por hora paga mejor que el sector público. También las conferencias y los focus groups. Claro que en todos estos casos el trabajador es autónomo.
Para los interesados… ¿Cuáles son los principales pasos a seguir?
El primero es pasar el examen de ingreso, que requiere que los dos idiomas estén en un nivel aceptable. Esto es muy importante. Aclaremos aquí que nosotros no enseñamos idiomas, solo la terminología necesaria y el proceso de interpretación. Otro paso útil, aunque no fundamental, es tener la escuela secundaria completa aquí o en Latinoamérica. El tercer paso es decidir qué tipo de interpretación uno quiere hacer.
¿Y qué le ofrece su escuela, SCSI, a los interesados?
Ayudamos a prepararse para dar los exámenes de certificación que da el Estado de California, y los del gobierno federal. Estamos orgullosos de tener el índice más alto de aprobados. También la preparación práctica para poder hacer el trabajo en los distintos ámbitos. Y oportunidades de trabajo de forma indirecta, ya que muchas agencias recurren a nosotros.
Hablando de su escuela, tengo entendido que ha cambiado mucho últimamente...
Cuando empezamos en 1993, éramos básicamente una escuelita local para ayudar a los que se preparaban para ser Court Interpreters. Luego fuimos creciendo, y agregando programas. Empezaron a llegar alumnos de todas partes, no solo de California. Entonces, para satisfacer esta demanda, en el 2006 decidimos lanzar el Online Program, a través de nuestra subsidiaria SCSI Media. El resultado es que hoy tenemos alumnos en todo el mundo, incluso Argentina. Dicho sea de paso, con Argentina también tenemos un convenio con la Universidad de Belgrano.
En este campo ¿Qué cambios se vislumbran a futuro?
Esta profesión es muy dinámica, y la demanda de intérpretes va cambiando. Yo divido entre lo tradicional, que requiere una certificación, y todas estas áreas nuevas donde hay una demanda creciente y todavía no se requiere una certificación, algo que le facilita las cosas a los que buscan trabajo. Desconozco los motivos, pero parece que hay más dinero para esto en el presupuesto federal, generando una demanda creciente. Por lo menos esa parece ser la tendencia en los próximos años. ¤