Conocedor de la miseria en su infancia, llegó con el correr de los años a una sólida posición económica, con calidad de gran empresario. Había nacido el 26 de noviembre de 1988 en San José de Mayo, Uruguay, y poco después su familia se afincó en un inquilinato del barrio de San Cristóbal.
Pirincho empleado en una fábrica de envases de aceite, y ya iniciado en la música por "Chicho", un zapatero de barrio, se fabricó con uno de esos envases un legendario violín de lata. Lo usó hasta juntar los ocho pesos con que compró uno verdadero en una casa de cambalaches. Entonces forma un trío con Rodolfo Duclós (guitarra) y Martín Arrevillaga (mandolín), recorriendo los pueblos del interior.
Estamos en 1906 y aparece por La Boca en el café del griego en la esquina de Suárez y Necochea, integrando el trío con Samuel Castriota al piano y Vicente Loduca en bandoneón. Es la época en que compone su primer tango "La barra brava", tratando de atraerse las patotas milongueras pero sin suerte. Esta vendría después con 500 títulos y 7000 placas grabadas.
En 1910 forma parte de un conjunto con Vicente Greco con el que inician la conquista del centro de la ciudad. Luego independizado de Greco formará con el pianista José Martínez y el bandoneonísta Pedro Polito otro trío, que actuará en el teatro Olimpo de la calle Pueyrredón al 1400. Martínez compone el tango "Canaro" y con esa musiquita entradora se asegurará la divulgación de su nombre.
Con "Pinta Brava" concretará el tango-milonga y con "Pájaro Azul" creará el tango-fantasía.
Entre 1916 y 1924 su popularidad crece notoriamente.
Compone el tango "Matasano" para animar el baile del internado de la muchachada de Medicina. Luego vendrán "El Chamuyo" y “Chara-musca". En los bailes de carnaval de Rosario se une a Firpo y a Arolas con memora-ble éxito. Más tarde animará los bailes del Royal Pigall y del Arme-nonville. Es el momento en que forma tres orquestas al frente de las cuales coloca a tres de sus hermanos pero reservándose en todas la dirección. Anima los bailes de carnaval del Teatro Opera (hoy cine-teatro) y luego emprende la conquista de las mansiones aristocráticas.
De su conjunto surgirán nombres que harán historia: Osvaldo Fresedo, Carlos Marcucci y Roquito Biafore como bandoneonístas; Agustín Bardi, Luis Riccardi y Humberto Canaro como pianistas, Tito Rocatagliata y Rafael Tuegols como violinistas y Leopoldo Thompson como contrabajista.
Después de actuar en el nuevo Tabarís en el 25, vienen los viajes al viejo mundo y a EEUU. Grandes éxitos en París y Nueva York. De su viaje a París son bien conocidas las fotos de los integrantes de orquesta vestidos de gauchos y esa fue la circunstancia que inspiró al título del conocido tango de Scarpino y Caldarella, Canaro en París.
Sobre la forma de su presentación cabe decir que en la Ciudad Luz, existía la prohibición de los sindicatos franceses que impedía la competencia de orquestas extranjeras, por lo que actuando con vestimentas gauchescas se presentaron como un show.
En la década del 30 llegó a tener hasta tres cantores y con el slogan de “orquesta de todos los tiempos” comenzó las temporadas de comedias musicales en el Teatro Nacional y en la radio con Ivo Pelay. Hasta el 40 estrenó una docena de comedias musicales. Con él desfilaron Charlo, Agustín Irusta, Ernesto Famá, Ada Falcón, I. Corsini, entre otros.
En todas esas comedias musicales se estrenaron numerosos tangos, milongas, valses, polcas y marchas con música de Pirincho y letra de Ivo Pelay.
Desde el 39 al 48 actuará en su orquesta el gran pianista Mariano Mores.
Cuando "La Cumparsita" comenzó a tener extraordinario éxito, Canaro quiso emularla con Sentimiento Gaucho ("En un viejo almacén del Paseo Colón/ donde van los que tienen perdida la fe/ todo sucio, harapiento, una tarde encontré/ a un borracho sentado en un oscuro rincón").
"Eso lo ponía -como ha dicho Francisco García Jiménez- frente a frente a su compatriota Matos Rodríguez en nuestro suelo neutral. La sangre no llegó al río..., ese río que separa y une las dos orillas del Plata. La Cumparsita siguió y sigue siendo La Cumparsita.
Fue sostenida y muy combativa su actuación frente a SADAIC. Siguieron sus exitosos viajes por EEUU, Europa y Japón.
Al carecer de temperamento artístico no pudo introducir ningún toque evolutivo en la interpretación de la canción porteña. Se mantuvo en el ritmo y costumbre sin vuelo, aunque le imprimió acentuada sonoridad. Fue su estilo de una invariable sencillez, temática y armonía. Pero varias de sus composiciones tienen asegurada la permanencia para todos los tangueros: Tiempos Viejos, La Tablada, Adiós Pampa Mía, La Ultima Copa, Nueve Puntos, Madreselva, Las Vueltas de la Vida, El Chamuyo, El Triunfo, El Pollito, etc.
MADRESELVA
Vieja pared del arrabal,
tu sombra fue mi compañera.
De mi niñez sin esplendor
la amiga fue tu madreselva.
Cuando temblando mi amor primero
con esperanzas besaba mi alma,
yo junto a vos, pura y feliz,
cantaba así mi primera confesión.
Madreselvas en flor que me vieron nacer
y en la vieja pared sorprendieron mi amor,
tu humilde caricia es como el cariño
primero y querido que siento por él.
Madreselvas en flor que trepándose van,
es tu abrazo tenaz y dulzón como aquél...
Si todos los años tus flores renacen,
hacé que no muera mi primer amor...
Pasaron los años y mis desengaños
yo vengo a contarte, mi vieja pared...
Así aprendí que hay que fingir
para vivir decentemente;
que amor y fe mentiras son
y del dolor se ríe la gente...
Hoy que la vida me ha castigado
y me ha enseñado su credo amargo,
vieja pared, con emoción
me acerco a voz y te digo como ayer.
Madreselvas en flor que me vieron nacer
y en la vieja pared sorprendieron mi amor,
tu humilde caricia es como el cariño
primero y querido que nunca olvidé.
Madreselvas en flor que trepándose van,
es tu abrazo tenaz y dulzón como aquél...
Si todos los años tus flores renacen,
¿por, qué ya no vuelve mi primer amor?
Letra: Luis C. Amadori
Música: Francisco Canaro Ø