Un repaso por los monumentos a nuestro gran prócer en distintos países del planeta
Encontrarse con un monumento a San Martín en la República Argentina es algo tan común que pocos argentinos le prestan mayor atención al hecho.
Pero en el exterior, la cosa es muy distinta. Ante la ausencia de otros símbolos nacionales, los monumentos a San Martín sirven como lugar de reunión en las Fiestas Patrias, y su mera existencia en ciudades importantes del mundo es un motivo de orgullo nacional.
El primer monumento en el exterior se inauguró en Santiago de Chile en 1862, un hecho aislado que vamos a comentar próximamente. Recién en 1901 aparece el segundo caso en el Perú. El monumento en Boulogne Sur Mer, Francia (1909), fue el primero del exterior financiado por el gobierno argentino, que a partir de ese momento empieza a regalar bustos y estatuas a muchas otras ciudades del mundo. En la actualidad, Estados Unidos tiene siete monumentos a San Martín, la mayor cantidad en un país que no sea la Argentina. Esta es la poco conocida historia de los monumentos del Libertador José de San Martín en el exterior.
Los primeros monumentos en el exterior
El primer monumento a San Martín en el exterior no fue iniciativa de un gobierno o ente estatal, sino de un individuo: el escritor y político chileno Benjamín Vicuña Mackenna, quien era un gran admirador de San Martín. Su abuelo había sido parte del ejército que cruzó los Andes. Vicuña Mackenna estuvo detrás de la formación de una comisión de chilenos, argentinos y peruanos que compartían el objetivo de honrar al Libertador con un monumento. Se organizó una colecta que logró juntar los 22.000 pesos chilenos que se necesitaba para realizar el proyecto. Durante 1857, en París, se firmó un contrato con el escultor francés Louis Joseph Daumas, experto en estatuas ecuestres. El molde fue terminado en 1859, fundido en 1860, y la estatua dividida en tres partes llegó a Chile en 1861. Recién pudo ser inaugurada el 5 de abril de 1863. Esta larga demora le permitió a la Ciudad de Buenos Aires hacerle una oferta similar al mismo escultor francés y lograr que una estatua muy parecida a la que estaba en Chile fuese inaugurada en Buenos Aires unos meses antes, quitándole a los chilenos el orgullo de ser los primeros. En 1901, se inaugura un monumento a San Martín en Callao, Perú. Va a ser el primero de tres monumentos que se le dedican al Libertador en un período que va hasta 1921. Se encuentran en Callao, Barranco, y Lima. Con los tres, la iniciativa es peruana, y son creaciones originales. Lima cuenta con uno de los más bellos que hay en el mundo, creación del escultor español Mariano Benlliure.
Siguiendo con el Perú, en 1954 la ciudad de Pisco recibe un regalo del gobierno argentino: una copia de la estatua de Daumas, que ahí se encuentra en su típico pedestal. Sabemos que otros monumentos a San Martín fueron apareciendo en sitios y lugares que tienen que ver con la estadía de San Martín en el Perú. Por ejemplo, hay un busto en la Biblioteca Nacional del Perú, creada por el prócer.
Corre 1909 y a medida que se acerca el centenario de la Independencia argentina, aparece la propuesta en Argentina de, como parte de los festejos, donar un monumento a San Martín a la ciudad de Boulogne Sur Mer, en Francia, lugar donde el Libertador pasó sus últimos años.
Para ello se arma una comisión franco-argentina, que se pone a trabajar de inmediato. El monumento a San Martín es una estatua ecuestre, pero distinta a la de Daumas. Su creador, en este caso, es el escultor francés Henri Allouard. Los argentinos mandan 150 granaderos, cada uno con su caballo, en el buque Pampa, para participar de la inauguración. El monumento corrió peligro durante la Segunda Guerra Mundial, durante la cual la ciudad fue un escenario del conflicto. Por suerte, sobrevivió intacto. Hoy, dos ciudades argentinas, Rosario y La Plata, dan la nota al tener monumentos que son copia exacta de la obra de Allouard, y no de la de Daumas.
En Estados Unidos
Argentina entra en la historia por ser la primera nación extranjera en regalarle una estatua a la ciudad de Washington. Es una copia de la estatua ecuestre de Daumas que se encuentra en Buenos Aires. Los norteamericanos la aceptan, y por una ley del 7 de junio de 1924, autorizan su colocación en tierras públicas. Se empieza la fabricación de un gigantesco pedestal, y finalmente la estatua es inaugurada en 1925 en el Judiciary Square de Washington. La importante ceremonia tuvo la presencia del por entonces presidente Calvin Coolidge. Más adelante, en los años 70, la expansión del subterráneo obliga su traslado a Virginia Ave., donde es colocada en un pedestal mucho más modesto.
La segunda exportación argentina de la estatua de Daumas es también a Estados Unidos. El recipiente: la ciudad de Nueva York. El año es 1951, y junto con estatuas de Bolívar y Martí, es colocada donde la Avenida de las Américas se encuentra con el Central Park. Debe ser este el monumento a San Martín en el exterior más conocido, ya que por esas veredas siempre transitan una cantidad muy importante de turistas.
Estados Unidos completa su inventario de siete monumentos a San Martín con bustos en la sede de la OEA en Washington, Miami, Houston, y dos en Los Angeles.
Otros países
La lista de monumentos a nuestro gran prócer que se encuentran en distintos países del mundo es bastante larga. Réplicas de la estatua de Daumas se encuentran en Bogotá, París, Madrid, Cádiz, La Paz, Río de Janeiro, Ciudad de México, Bruselas, Santo Domingo, y Asunción. La última fue entregada en 1988.
Por otro lado, hay muy bonitas estatuas de San Martín sin caballo en ciudades como Londres y Berlín, y bustos del prócer en algunas otras ciudades, como Viena y Ottawa. Es interesante notar que, si bien otras figuras importantes de la historia son mundialmente más conocidas que San Martín, empezando por Simón Bolívar, no tuvieron a un estado nacional apoyando la colocación de estatuas por el mundo con la misma consistencia y fuerza que el estado argentino. Los resultados están a la vista. ¤