Siempre hay nuevos sueños, esperanzas, nuevas formas de salir de ese problema, de esa crisis que parece ser más horrible de lo que es. Claro, todo depende de nuestro espíritu y de las ganas que tenemos de salir adelante. Es una buena oportunidad para meditar, hacer un recuento, recordar cosas que uno siempre quiso hacer y no hizo. Nuevas oportunidades surgen, nuevos inventos, nuevas ideas. La esperanza nos da la fuerza para salir del pozo. Las ganas nos da la fuerza para vencer los obstáculos que se oponen. Nunca se pierde nada y nunca está mal el intentarlo. (No hace falta llegar a la violencia, los cacerolazos dieron mejores resultados). Recuerdo que siempre de niño tenía presente el poema de José Hernández “Martín Fierro”, especialmente estas dos estrofas: “Debe trabajar el hombre,/ para ganarse su pan,/ pués la miseria en su afán,/
de perseguir de mil modos/ llama a las puertas de todos/ y entra en la del haragán.” y “Los hermanos sean unidos/ porque esa es la ley primera./ Tengan unión verdadera/ en cualquier tiempo que sea,/ porque si entre ellos pelean/ los devoran los de afuera”. Que simple, y cuanta verdad hay en estas frases. Qué buena oportunidad para unirnos y trabajar juntos.
Alguien me pasó esta noticia que dice "A pesar del otoño, la ciudad de Buenos Aires tiene una nueva flor". Fue donada por un arquitecto argentino que vive desde hace 51 años en los Estados Unidos. Eduardo Catalano de 82 años, un hombre con sueños juveniles. Que un día soñó construir una flor gigante de acero y de 22 metros de alto. Que se abriera y cerrara, como las flores de verdad. La realización de la obra duró dos años y medio de trabajo.
Ahora, un sueño hecho realidad esta en Buenos Aires, en Figueroa Alcorta y Tagle, en la plaza Naciones Unidas. La gente puede admirar esta gigantesca flor que abrirá sus pétalos todas las mañanas a las ocho y se cerrará al atardecer, mientras el músculo descansa. Ya hay un toque poético en la ciudad para admirar todo el año. Esta maravilla fue donada sin interés alguno a pesar de su enorme costo. El arquitecto Eduardo Catalano agradeció los aplausos de la gran concurrencia y dió paso a la orquesta sinfónica del Teatro Colón interpretando (nada mas adecuado) “Las cuatro estaciones” de Antonio Vivaldi. Un día primaveral en otoño.
N. de la Ed.: La “Floralis Genérica” es una obra de 18 toneladas de aluminio y acero, está erigida en un espejo de agua de 44 metros de diámetro, que a través de su complejo mecanismo hidráulico y electrónico, todo “Made in Argentina”, mueve paulatinamente los pétalos hasta abrirse en su esplendor para cerrarse con la caída del sol. Asociada a diferentes conmemoraciones, permanecerá abierta las 24 horas el 25 de Mayo, el 21 de setiembre, el 24 de diciembre, el 31 de enero y cada luna nueva que se produce trece días cada año. En total serán 17 jornadas.
¿Cuánto costó? “No se sabe ni se sabrá nunca”, respondió Catalano. Extraoficialmente calculan que entre 4,5 y 6 millones de dólares. En una entrevista dijo: “Me considero un arquitecto que exalta la organización que brinda la estructura y su relación con la geometría y el espacio. Las dos primeras son ramas de la ciencia. El espacio es una expresión poetica. Las tres son una unidad indivisible, como es el fuego y la luz”. De la donación dijo: “Cuando la concebí sentí por unos instantes, sólo por unos instantes, que me había convertido en arquitecto de la Diosa Naturaleza creando una nueva flor sobre la Tierra. Flor que por su carácter genérico, es síntesis y símbolo de todas las flores”.
Gracias arquitecto Catalano por su regalo a nuestra querida Buenos Aires. Ø