La batería tiene nombre de carnaval
Teníamos unos 15 o 16 años cuando descubrimos a Invisible. El nombre de Luis Alberto Spinetta, tras su paso por Almendra y alguna microaventura solista, era ya un símbolo del rock nacional; de los otros dos componentes del trío poco se sabía. El sonido del bajo de Machi era pegajoso y profundo, como si tocara su instrumento con cuatro cuerdas de chicle. Y la batería… una secuencia de golpes de una elegancia y precisión nunca antes (ni después) igualadas por ningún otro músico argentino.
Nos fascinaba tanto los paisajes de sonido de esa batería que, con los rudimentarios elementos con que contaban nuestros rudimentarios equipos de sonido, tratábamos de ecualizar la música de manera tal que la batería sobresalga muy por encima del resto de los instrumentos y la voz. En cualquier otra circunstancia resultaría un sacrilegio silenciar por un minuto a Spinetta y a Machi, pero la causa tenía justificación: lo hacíamos para escuchar con mayor fidelidad la batería de un genio sin igual.
Héctor “Pomo” Lorenzo, porteño de nacimiento y llegado al mundo cuando el siglo 20 se partía en dos, ya había incursionado en otras bandas locales, como la entonces incipiente Los Abuelos de la Nada, el poco conocido trío El Huevo (junto a Miguel Abuelo y Carlos Cutaia), y Pappo's Blues (con Norberto “Pappo” Napolitano y Machi). Pomo había conocido a Spinetta al participar del extravagante álbum solita del Flaco, Spinettalandia y sus amigos.
Del poderosísimo trío de Pappo's Blues, Pomo y Machi se suman a otro trío que surgiría de la genial mente creativa de Luis Alberto Spinetta. Con Invisible, el rock argentino alcanzaría una altura creativa y de tal excelencia musical que, a la modesta opinión de este redactor, nuestra música nunca ha podido emular.
De Spinetta, poeta mayor y quizás el más grande compositor de la música argentina, ya nos hemos referido en esta misma columna hace un tiempo atrás. Seguramente en el futuro volveremos a hablar de Machi. Hoy queremos reconocer la figura de este baterista eximio del rock argentino que recibió su sobrenombre de los amigos del barrio siendo aún adolescente, por poseer un cuerpo delgadito y alargado, como un pomo de carnaval.
Invisible editó tres inolvidables discos: Invisible, Durazno Sangrando, y El Jardín de los Presentes. Tras la separación del grupo en 1977, Pomo continuó tocando con Sr Zutano (junto a Lito Epumer, Juan del Barrio y Frank Ojstersek, quienes después se sumarían a Spinetta Jade), luego junto a David Lebón y su proyecto Seleste, con otro Serú Girán, Pedro Aznar, y más tarde volvería a juntarse con el Flaco para integrar Spinetta Jade.
Pomo continuó siendo, para sorpresa de pocos, uno de los bateristas más activos del rock, tocando además para Fito Páez y armando sus propios proyectos. Su estilo era y es refinado, imposiblemente preciso, pero nunca sonó como una máquina, sino como un artista embelesado en el momento de la plena creación. A falta de mejor definición, diría que Pomo toca su batería como Dalí manejaba su pincel.
Grandes bateristas han sellado sus nombres en la historia de la música argentina; el nombre de Héctor “Pomo” Lorenzo está impreso con letras de oro y en mayúsculas.¤