Un tradicional barrio porteño que intenta renovarse
Es fácil encontrar mucha información sobre el famoso barrio porteño de La Boca en los distintos sitios de internet y las diversas guías de turismo. En líneas generales, podemos decir que luego de varias décadas de decadencia, hacia fines de los años noventa aparece la voluntad de restaurar el barrio y empieza la transformación. La Boca no tarda mucho en convertirse en un lugar muy popular entre los turistas. Solo la parte que rodeaba a Caminito era frecuentada por esos años, ya que el resto del barrio no había salido de la decadencia en la que estaba. Luego el barrio fue mejorando, más allá de los ciclos del turismo, y este artículo se limita a describir cómo se encuentra el barrio de La Boca hoy para los residentes de California que piensan viajar a Buenos Aires y están considerando una visita a la zona.
Todo viaje turístico a La Boca suele empezar con una mirada a la estructura del famoso puente transbordador Nicolás Avellaneda. La estructura hoy luce muy bien y hasta el vagón colgante está en condiciones de funcionar. Lamentablemente, cuestiones burocráticas y políticas lo mantienen parado, pero quizás el impasse no dure mucho mas. El paseo que bordea el Riachuelo (Avenida Don Pedro de Mendoza) también luce renovado. Va a sorprender la novedad de que ahora hay una estatua de Quinquela Martín. Cruzando la calle, se encuentra el conocido museo dedicado al pintor local.
Caminito no ha cambiado mucho. Podría decirse que está un poco mejor cuidado que antes. Una estatua del Papa Francisco ha remplazado a la de Diego Maradona en el balcón emblemático de la entrada, y en líneas generales Caminito y alrededores se mantienen razonablemente bien. Durante el fin de semana hay bastante gente y el lugar está lleno de vendedores con sus puestos, pero durante los días hábiles reina la calma. Se nota cierto crecimiento en la cantidad de locales orientados a los visitantes de todas partes. A solo pocas cuadras de Caminito, el otro gran atractivo del barrio: el estadio de Boca Juniors. Cuando el equipo juega un partido, la zona está llena de gente peligrosa y conviene alejarse, pero durante el resto del tiempo -por lo menos durante el día- hay cierta tranquilidad alrededor del estadio. La zona está llena de negocios que venden camisetas, merchandising, etc., y el excelente Museo de la Pasión Boquense no solo cuenta la historia del club sino que permite el acceso a un sector del estadio.
La Boca no termina ahí. Un recorrido por sus calles está lleno de sorpresas. La Boca es un verdadero barrio, como los que predominaban en la vieja Buenos Aires. Cambió, sí, pero menos que otros lugares. La Boca tiene restaurantes muy buenos, centros culturales, y varios otros puntos de interés no mencionados aquí.
Lo importante aquí es señalar que caminar por La Boca de hoy no da miedo, y que vale la pena una visita. ¤