La hecatombe política tras la “derrota” oficialista en las elecciones primarias
Las elecciones PASO del 11 del mes pasado provocaron una crisis económica en la Argentina. Otra más. Pero esta vez se trata de un evento anormal, dado que no existen motivos reales, objetivos, para que sucediera. Por lo tanto se podría afirmar que se trata de una crisis totalmente absurda, innecesaria y atípica.
En esencia, las PASO son elecciones primarias y por lo tanto solo tienen importancia dentro de cada agrupación política, ya que solo se eligen los candidatos de cada partido político o frente electoral para encabezar las listas que competirán en las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo en octubre.
La crisis económica y social se originó por la diferencia abismal obtenida entre el candidato opositor Alberto Fernández (que encabeza la fórmula del “Frente de Todos”, una alianza que engloba a peronistas tradicionales, kirchneristas, gobernadores, Frente Renovador, y otras agrupaciones menores) y el actual presidente Mauricio Macri (líder de “Juntos por el cambio” una alianza del PRO, UCR, Coalición Cívica y algunos peronistas).
“Hoy el país cuenta con una moneda cuasi virtual, el peso, que a todos los efectos no tiene ningún valor. La única moneda verdadera, que sirve de medida para todas las transacciones en la Argentina, es el dólar estadounidense”
De acuerdo al énfasis con el cual ambas fuerzas políticas emprendieron esas primarias, todo indicaba que se trataba de una elección importante, real, casi una divisoria de aguas, un enfrentamiento entre dos opciones absolutamente opuestas. De acuerdo a la versión del candidato oficialista Mauricio Macri era una opción entre “el pasado corrupto” y “un futuro venturoso”, mientras que la versión del candidato opositor, Alberto Fernández, sostenía que se trataba de una elección entre el “presente desolador” y “un futuro venturoso”. En eso de futuro venturoso es lo único en lo que coincidieron ambas propuestas.
El espanto de los mercados
Como la gran mayoría de los ciudadanos votó por esta última opción, los mercados se asustaron, aumentó el índice del riesgo país, cayeron las acciones y bonos argentinos en todo el mundo, se disparó el valor del dólar, se depreció la moneda nacional y estalló el caos.
En estos momentos, la Argentina se encuentra sumida en una confusión absoluta en la que nadie sabe con certeza lo que vale cada producto, y para colmo de males los índices de cierres de empresas, despidos, pobreza, hambre, exclusión y delincuencia aumentaron abruptamente.
Hoy el país cuenta con una moneda cuasi virtual, el peso, que a todos los efectos no tiene ningún valor. La única moneda verdadera, que sirve de medida para todas las transacciones en la Argentina, es el dólar estadounidense. Y como éste aumenta sin cesar, los precios de todos los productos esenciales no dejan de incrementarse, aun los producidos íntegramente en el país como los alimentos esenciales, desde la leche y la carne, al trigo y otros productos por el estilo.
Corrupción versus ineptitud
Las preguntas que se hacen millones de personas en todas partes son: ¿Cómo es posible que el Frente de Todos ganara si está conformado por decenas de personas acusadas de corrupción? ¿Cómo es posible que, con esos prontuarios, esos políticos estén a punto de volver al poder? Y, además, con fueros. Es decir, con inmunidad parlamentaria. ¿Cómo es que fueron elegidos masivamente a lo largo y ancho del territorio nacional? Una respuesta a esos interrogantes es que el gobierno actual hizo todo mal, porque gobernó para un sector privilegiado de la población. Y esa respuesta tiene su lógica, dado que casi todas las medidas económicas tomadas por el gobierno del presidente Macri estuvieron destinadas a favorecer al capital financiero, a los grandes grupos internacionales, a las petroleras y al sector energético.
¿Hubo algunas medidas económicas destinadas a favorecer a los ciudadanos de a pie? Es posible. Pero antes de las PASO nadie podía enumerarlas, más allá de conceptos etéreos como “la república”, “el estado de derecho”, “la libertad de opinión”, “la modernidad”, “la apertura al mundo” y otras similares.
“Casi todas las medidas económicas tomadas por el gobierno del presidente Macri estuvieron destinadas a favorecer al capital financiero, a los grandes grupos internacionales, a las petroleras y al sector energético”
Pero como en el mundo real los salarios de los trabajadores se pulverizaron estrepitosamente y el consumo se desplomó en picada, las declaraciones abstractas no sirven de mucho. Con ellas no se come, no se pagan las exorbitantes facturas de luz, gas y agua, medicamentos o expensas. Para agravar la situación, el único plan económico puesto en marcha es absolutamente regresivo: consiste en imponer tasas de interés estratosféricas para “secar la plaza” de pesos. Traducido: que la gente no tenga dinero en sus bolsillos para comprar. La idea de este proyecto de lograr “paz en los cementerios” era bajar la inflación. Pero ese plan descabellado produjo el efecto inverso: sin consumo, la inflación de este año será la más alta en décadas, y la producción industrial la menor, también en décadas.
El sufrimiento, tradición argentina
Los hechos demuestran que ese plan económico de tierra arrasada no contó con el apoyo popular, puesto que no presentaba un presente amigable, ni vaticinaba un futuro mejor. La propuesta oficial de “sufran hoy” para “sufrir más mañana” fue repudiada masivamente.
Los argentinos votaron en contra del proyecto Macri porque el hambre actual es muy real, la desocupación es real, la pobreza es real y la delincuencia es real. Las cifras oficiales del INDEC, organismo que mide la evolución de esos índices, lo aseguran. Los peores indicadores suben sin cesar.
El presidente Macri siempre se justifica diciendo que “necesitamos más tiempo, cuatro años es muy poco, necesitamos más tiempo”. Curioso: los estadounidenses fabricaron la bomba atómica en cuatro años, y los soviéticos también, mientras que los alemanes del oeste resurgieron de las cenizas y produjeron “el milagro alemán” también en cuatro años.
“La propuesta oficial de “sufran hoy” para “sufrir más mañana” fue repudiada masivamente. Los argentinos votaron en contra del proyecto Macri porque el hambre actual es muy real”
Las elecciones reales, importantes, definitorias, se llevarán a cabo el 27 de octubre próximo. Mauricio Macri se encuentra desesperado ante una posible derrota de proporciones catastróficas. Por eso está adoptando medidas inéditas y torpes, como la eliminación del IVA a los alimentos, bonos extras a los asalariados en blanco, reducción de impuesto a las ganancias, y la postergación de aumentos de combustibles y servicios públicos.
Curiosamente, todas estas medidas populistas siempre fueron rechazadas visceralmente por el presidente y su equipo. ¿Acaso son manotazos de ahogado, medidas desesperadas para no perder el poder? Todo indica que sí. Porque tienen una vigencia de semanas, hasta las elecciones definitivas.
Confesión: este cronista votó a Mauricio Macri hace cuatro años.¤