Un daño irreparable: La criminal gestión de la pandemia en México
Laurie Ann Ximénez Fyvie
Desde el comienzo de la pandemia en México, me indignaron las declaraciones del subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell: su insistencia en que la enfermedad no era más grave que la influenza, el exceso de confianza en que todo estaba previsto y el espectáculo teatral de sus apariciones públicas. Hoy, López-Gatell reporta a diario las consecuencias de sus decisiones: más de 134 mil mexicanos han muerto y la pandemia no está cerca de concluir. Nunca he pensado que matarlos haya sido su intención, simplemente, el subsecretario se creyó más listo que todos, pensó que la inmunidad comunitaria vendría pronto, con pocos muertos y que con ello lograría una contundente victoria. Sin embargo, hay acciones que, con o sin dolo, resultan imperdonables. Su incapacidad para rectificar el rumbo no tiene justificación. Esa actitud demuestra no solo soberbia e indolencia, también deja claro que su papel es político y no científico. Aunque es tarde para los que ya partieron y para sus familias en duelo, escribo este libro por todas las vidas que aún pueden y deben ser salvadas. Elegí no ser indiferente ante el dolor ajeno.
La pandemia era inevitable; las miles de muertes, no. La doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie revela cómo la ineficiente estrategia contra la pandemia llevó a México al primer lugar de letalidad entre las 20 naciones más afectadas por COVID-19.
La señal
Wm. Paul Young y Bradley Jersak
“Pude seguir adelante, 'dejar todo en manos de Dios', como dicen. Y cuando lo hice, las ventanas y las puertas se abrieron de par en par. La luz entró a raudales, una luz que ahuyentó al miedo y eliminó la ira. Lo solté, en verdad lo solté, y fui libre […] la elección fue mía. Podía elegir perdonar o no. Perdoné porque me habían perdonado. Y cuando perdoné llegó la liberación”. —La señal
Una crisis nerviosa. Un ataque de pánico en pleno sermón. ¿Quién diría que eso podía pasarle a él? Un hombre de fe tan respetado, tan seguro de sí mismo y de sus palabras. Han tenido que ingresarlo en un pabellón psiquiátrico junto a todos aquellos insensatos a los que alguna vez despreció: pecadores, hipócritas, imperfectos, enfermos… Entre ellos se encuentra Max, un paciente a quien le hará mucho daño, pero que terminará mostrándole que a veces Dios se comunica a través de las personas menos esperadas. Obligado a revisar su pasado y sus propios errores, el pastor deberá enfrentar la prueba más difícil si quiere encontrar el Amor y la Gracia, pero ¿será capaz de dejar ir el dolor?, ¿se dejará sanar?
La señal explora el peligroso viaje de la voluntad humana a través de los parajes más oscuros de la desesperación y la derrota, para dejarse guiar por la esperanza y alcanzar la redención que solo se consigue al rendirse ante Dios y entregarse a su Amor. ¤