Un dato de la realidad es que la comunidad argentina de Los Angeles, quizás la mejor estructurada que existe en el exterior, es por otro lado una de las más aisladas con respecto a la Argentina.
Desde hace mucho tiempo salta a la vista la falta de vuelos directos con Buenos Aires, y la ausencia de Aerolíneas Argentinas en toda la Costa Oeste. Ese es sin duda el problema más visible, pero es solo una parte de toda una situación. En California tampoco hay una cámara de comercio, como Miami tiene con Argentina, ni tenemos los intercambios políticos y financieros de Nueva York y Washington DC.
En realidad, Los Angeles solo aparece en los medios argentinos en noticias relacionadas con la industria del entretenimiento, como la entrega de los Oscar. La ciudad parece no tener otra utilidad para los argentinos, salvo un buen lugar para vivir si hay que emigrar. Pero mientras que vivan en Argentina, Estados Unidos es la Costa Este. Ahí viajan, ahí invierten.
Siempre se dice que si California fuese un país independiente, sería la quinta economía del mundo. Algo que es cierto. Es decir, cuando Argentina ignora a California, está ignorando a un espacio que en poderío económico representaría la quinta economía del mundo. ¿Cómo se entiende esto?
Muy sencillo: por el modelo económico argentino. Aquí hay que diferenciar entre tener lazos con Estados Unidos, y el tipo de lazos que se tienen. Las relaciones con Estados Unidos tuvieron sus vaivenes, pero el modelo económico y su relación con los distintos mercados mundiales no tuvo grandes cambios a través de los años. La apertura de los años noventa generaron fuertes inversiones en Argentina, pero principalmente en campos e inmuebles. Y, por supuesto, las privatizaciones. Algunos de esos dólares recibidos luego volvieron a los Estados Unidos, pero para comprar productos electrónicos, acciones, e invertirse en plazos fijos y propiedades en la Costa Este, todas actividades que no beneficiaron a California ni a su comunidad argentina.
Ahora aparece este segundo intento de los argentinos de vincularse económicamente con el mundo. ¿Esta vez será todo distinto? Como decíamos, el record del empresariado argentino a nivel internacional no es muy bueno. Históricamente existió poca innovación en los productos y servicios a exportarse, y el marketing ha sido desastroso. No solo se ignora a California, se ignoran los mercados asiáticos también.
Si nos guiamos por lo que pasa en la comunidad asiática o europea residente en California, estas tienen un rol importante en los esfuerzos de las empresas de sus países de origen de llegar al mercado norteamericano. Ya existen varios trabajos analizando ese fenómeno de las diásporas en el desarrollo del comercio internacional. Si esta vez las empresas argentinas demuestran ser más ambiciosas, a la comunidad argentina local le espera un momento muy interesante. Pero si seguimos con la cultura del pasado los resultados van a ser los de siempre. Primero nosotros aquí en California vamos a sentir que no pasa nada con esta “apertura al mundo”, pero finalmente este nuevo intento poco creativo de apertura internacional va a encontrar sus límites y fracasar, como lo hizo otras veces en el pasado.
Esperemos que no sea así. ¤