El gobierno del presidente Barack Obama ha dado un paso histórico para restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba. De esta forma, se pone fin a una situación no solo injusta, sino además inútil. El fracaso del bloqueo, sostenido durante 54 años, se había vuelto inocultable y solo podía ser ignorado gracias a las presiones de grupos ultra conservadores republicanos y los grupos más radicalizados de los cubanos anticastristas exiliados en Miami.
Sin embargo, el apoyo popular a esta medida es abrumador: según una encuesta nacional del Pew Research Center, el 73% de los estadounidenses aprueba el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y una cifra similar propone además poner fin al embargo comercial. Si bien el apoyo a la medida es mayoritario entre demócratas e independientes, la mayoría de los republicanos también se muestran a favor.
Como dato de color, ya se ha realizado la primera movida comercial entre una empresa estadounidense y una cubana. Apenas un día después de aprobarse la normalización de las relaciones diplomáticas, el Stonegate Bank de Florida y el Banco Internacional de Comercio de Cuba cerraron un acuerdo comercial que permitirá a los clientes de ambos países realizar transacciones a través de sus sucursales. Además, ya se está trabajando para derogar la prohibición de los estadounidenses a viajar a la isla, algo que cuenta incluso con al apoyo de la mayoría de los legisladores republicanos. Como señaló el senador demócrata Patrick Leahy, “es absurdo que los estadounidenses puedan viajar libremente a países hostiles con Estados Unidos, como Corea del Norte o Siria, pero no a Cuba”.
Se espera que esta medida además mejore las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, muy deterioradas desde la administración de George W. Bush.
Ahora Estados Unidos debe centrar su política exterior en recuperar su lugar de liderazgo en el mundo y definir sus verdaderos enemigos. La actual crisis europea y la lenta aunque notable recuperación de nuestra economía generan las condiciones ideales para que nuestro país se instale nuevamente como la mayor potencia mundial y se enfoque en lograr que la competencia comercial con China se incline para este lado. ¤