Las habilidades del gaucho con el lazo
El gauchaje argentino tenía sus grandes motivos para su lucimiento personal en cualquier fiesta campestre que se le presentara. Y una de esas habilidades que el paisano mostraba era el arte de la pialada, de cómo se podía sujetar a un animal, enlazando con la armada del lazo en las astas del toro o bien en el cuello o patas del caballo.
Cuando se lo quiere hacer caer, se arroja el lazo a las patas delanteras. Eso se llama la pialada. Pialar es mucho más difícil que enlazar, pero ambas cosas requieren una habilidad muy especial para que resulten efectivas y sin mayores riesgos.
Recuerdo que, siendo niño, durante un asado gauchesco en casa, un paisano recitó un verso sobre la pialada. Me gustó tanto que le pedí a ese gaucho amigo de mi papá si me podía dar la letra de ese verso. Gustoso pidió un papel y lápiz a mi mamá, y me escribió “La Pialada”. Aún recuerdo ese verso, y aquí les transmito parte de él: