El gesto rompe-grieta más recordado en argentina
Sucedió hace medio siglo, más precisamente el 18 de noviembre de 1972, y hoy lo podemos nombrar como el suceso más relevante a la hora de romper la grieta política que divide a la sociedad argentina desde hace muchas décadas. Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín eran el Boca-River de la política; uno, líder indiscutido del peronismo, y el otro del radicalismo.
Estos dos gigantes políticos, que representaron bandos opuestos durante décadas, dejaron de lado sus diferencias en una notable demostración de unidad que tuvo implicaciones de largo alcance para la nación. “Tanto la Unión Cívica Radical del Pueblo como el Movimiento Nacional Justicialista son fuerzas populares en acción política. Sus ideologías y doctrinas son similares y debían haber actuado solidariamente en sus comunes objetivos. Nosotros, los dirigentes, somos probablemente los culpables de que no haya sido así. No cometamos el error de hacer persistir un desencuentro injustificado”, declaró en su momento Perón. “Había que dar ejemplos y amigar al pueblo y nada más que por eso fui a hablar con Perón. Entre él y yo no hubo ninguna alianza, pero el pueblo se dio la mano”, había declarado Balbín años después del trascendental encuentro.
Perón moriría unos dos años más tarde, y la última dictadura militar, llamada a sí misma Proceso de Reorganización Nacional, iniciaría su golpe de estado el 24 de marzo de 1976.¤