Figura clave del tango y amigo de Carlos Gardel
Los Contursi (parte I) La Leyenda Viva en El Tango
Pascual Contursi nació en Chivilcoy el 18 de noviembre de 1888, más precisamente en la calle Real 50 N°183 de esa localidad del oeste bonaerense. Sus padres fueron Francisco Contursi y Catalina Maurino, inmigrantes italianos radicados en la Provincia del Chaco a comienzos de la década de 1880. Pascual tenía dos años cuando con su familia se trasladó al barrio de San Cristóbal de la capital porteña. Allí pasó su infancia y adolescencia. En su etapa de mozo tuvo distintas ocupaciones y oficios, siendo titiritero, vendedor y zapatero.
Se había casado el 9 de abril de 1910 con Hilda Briamo, una joven de quince años. De ese vínculo nació José María Contursi, quien a futuro seguiría a su padre en la composición de la poesía tanguera. Por ese entonces, el matrimonio se va a vivir a Lanús, y pasado un tiempo, se separan. Entre los años 1914 y 1916, Pascual se marcha solo a vivir a Montevideo, Uruguay. Para ganarse el sustento trabajaba en bares y bodegones tocando la guitarra y cantando de oficio, mientras, a su vez, adaptaba letras a tangos ya consagrados como “El flete”, de Vicente Greco, “La biblioteca” y “Don Esteban” de Augusto Berto, “Vea vea” de Roberto Firpo, y “Matasano” de Francisco Canaro, entre otros, aunque no tuvo en ellos la repercusión que esperaba.
Vale resaltar que fue el propio Contursi quien interpretó con su voz las primeras composiciones que manaban de su pluma. La historia marca que el suceso inesperado de su carrera se produce cuando el autor escribe los versos de “Mi noche triste”, con la adaptación del tango instrumental “Lita”, de Samuel Castriota, quien había creado los compases de este tango en admiración a la mencionada cancionista.
Lita -la protagonista de este tango- fue aparentemente una cancionista uruguaya apodada “La Paisanita”, con quien Pascual mantuvo un apasionado romance. Tras haber convivido un tiempo, la mujer lo abandona de manera desapacible. Ante el asolamiento, Pascual se queda en Montevideo, donde sigue componiendo.
Luego, en las noches de garufas con dotes de guitarrero cantor, improvisa los primeros acordes del tango canción cuando actuaba en el Teatro “Royal” y en el “Moulin Rouge”, un cabaret del ambiente montevideano ubicado en los altos del Teatro Artigas. Por esos tiempos, Gardel y Razzano frecuentaban el Uruguay en sus giras. En una ocasión, en la que se encuentran con Contursi, éste les interpreta a sus amigos las notas del tango próspero.
A Pascual Contursi y a Carlos Gardel los unía una sólida amistad. Transcurría el año 1917 y ante la compaginación del constituido tango, Contursi quería que se llamara “Percanta que me amuraste”, como era originalmente, por lo que Castriota se negaba. Entre acuerdos y desacuerdos fue el propio Gardel, a quien le interesaba ejecutar el tango, por lo que terció logrando controlar la situación. Como opción propuso una frase de la composición y tras convencerlos finalmente a ambos, el tango pasó a llamarse “Mi noche triste”.
Se estrenó en marzo de 1917 en el “Teatro Empire”, de Corrientes y Maipú. Fue interpretado en la voz melodiosa de Carlos Gardel, secundado por los acordes en guitarra de José Ricardo. El tango se registra en la voz de Carlos Gardel en Buenos Aires durante el mismo año de su estreno, superando un récord en ventas para la Casa Max Glücksmann. Fue nuevamente grabado para el sello Nacional Odeón el 24 de abril de 1930, con el acompañamiento de las guitarras de Barbieri, Aguilar y Riverol.
Carlos Gardel, a lo largo de su carrera, registró en el disco variados tangos del repertorio autoral de Pascual Contursi: “Flor de fango”, “El desalojo” de Augusto Gentile, “De vuelta al bulín”, “Ivette”, “Pobre Paica” más conocido como “El motivo” (sobre tango instrumental de Cobián); “Qué querés con esa cara”, “La guitarrita”, “Desdichas”; “Caferata”,“La Mina del Ford”, “La cumparsita” (Si supieras), y la “Caferata”, entre otros tangos que en su argumento remarcan la escena de la separación y el abandono, un tema constante en la versificación misma de un lenguaje payadoril y milonguero en la revelación del repertorio inicial, sin persuadir que otras composiciones de su autoría tuvieron otro cauce literario como “Puentecito de plata” o “Bandoneón arrabalero”.
Pero “Mi noche triste” ya había comenzado a propagarse, quedando situado en el emblema de la historia que proclama a Carlos Gardel como el precursor de la transición entre la canción criolla y el tango canción.
En 1918, el actor Elias Alippi, quien encabezaba una compañía teatral con Enrique Muiño, preparaba una obra para presentar en el hoy desaparecido Teatro Buenos Aires. Se llamaría “Los dientes del perro”, de su autor y director, José González Castillo, escrito con la colaboración de Alberto Weisbach.
Alippi incorporó el tango de Contursi – Castriota, en el primer cuadro del sainete. Fue interpretado por la joven actriz Manolita Poli, con el acompañamiento en vivo de la orquesta de Roberto Firpo y se presentó con total éxito el 20 de abril de 1918 sobrepasando las cuatrocientas actuaciones.
Después del suceso, Contursi prosiguió de manera constante su incidencia de autor teatral. Afición que había despertado en su niñez con escenas creadas por un autodidacta. Fue autor de muchas piezas escénicas que comenzaban a introducirse en los círculos teatrales del Buenos Aires de los años 20. En distintas ocasiones escribió solo y otras en colaboración con distintos autores de la época.
En 1928, Pascual partió rumbo a Europa a efectos de difundir el tango y recaudar derechos de autor. Vive dos años entre España y Francia, donde sus obras son muy famosas. Pero en París comienza a enfermar con un principio de trastornos mentales, y los informes médicos le diagnostican demencia depresiva. A su vez, desde años anteriores sufría de una enfermedad irremediable que en consecuencia afectaba su salud mental. Sus amigos, ante la gravedad de su estado, lo ayudan a regresar a la Argentina. Especialmente fue Carlos Gardel, quien arregla su regreso al país y envía un telegrama a su familia alertando el tema para que lo recibieran en Buenos Aires.
Fue internado en el Hospicio de las Mercedes, un sanatorio para enfermos mentales. Con una salud muy afectada, sus amigos -entre ellos Discépolo- le organizaron en 1931 un multitudinario homenaje en vida.
A los 43 años, Contursi fallece a las seis y media de la tarde de un domingo 29 de mayo de 1932. ¤