Y así largamos, nomás, este 2012 que, como lo hemos estado reflejando en los últimos meses a través de distintos artículos en esta revista, pinta complicado. Otra vez, como en los tiempos del apogeo neoliberal que llevó a buena parte del mundo a la presente crisis, la palabra clave sigue siendo “ajuste”. La economía en este gran país no mejora, aunque, como siempre, existen “bolsones de riqueza y prosperidad” en donde las tribulaciones del resto de la población parecen no existir. Nuestra oficina, debemos admitir, no se encuentra dentro de ninguno de tales bolsones, sino que comparte la lucha diaria de la mayoría de nuestros compatriotas por estos lados. Y como ellos, arrancamos el año con las mejores intenciones y expectativas, a pesar del gris panorama general.
Por supuesto, como argentinos nunca deja de preocuparnos el andar de nuestra lejana patria, en donde algunos nubarrones oscurecen el cielo de la política, la economía y la situación social. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tal vez impulsada por el poder acumulado tras las pasadas elecciones en las que fue reelegida para un segundo período, camina los primeros pasos de este nuevo período abriendo varios frentes de pelea simultáneamente.
El primero de ellos, no es más que la profundización de su previamente entablada lucha contra el monopolio del Grupo Clarín, a favor del monopolio Vila-Manzano; dos corporaciones mediáticas en busca del mismo objetivo: la porción más grande de la torta. Al cierre de esta edición, Clarín anunciaba con títulos catástrofe el allanamiento de las oficinas de Cablevisión (parte del Grupo Clarín) a través de la Gendarmería Nacional.
El segundo frente de oposición apunta al jefe de la CGT Hugo Moyano, ex aliado de Néstor Kirchner y por entonces dócil representante de la clase trabajadora que no se cansaba de adular la administración K y actuar en consecuencia. La estrategia del gobierno parece ser dividir a la CGT, como lo hicieran antes con la CTA, para debilitar las ya de por sí débiles demandas de los sindicalistas.
Otro de los dóciles camaleones que tras iniciarse en el menemismo se consolidó como uno de los más encumbrados funcionarios kirchneristas, el gobernador bonaerense Daniel Scioli, es el objetivo del tercer frente de oposición. Acostumbrado a soportar el constante ninguneo de sus jefes, Scioli ha comenzado a percibir los sonidos del serrucho alrededor del sillón de su oficina. Cristina sabe que el actual gobernador y ex vice de Néstor no dudaría en cambiar de rumbo tan pronto el viento sople en otra dirección, y quiere anticiparse a ello comenzando a preparar su reemplazo tan pronto como sea posible.
Sin embargo, creemos que el flanco más complicado será el único que se abrió contra la voluntad de la presidenta: el de buena parte de sus 12 millones de votantes que deberán regresar de sus vacaciones de verano para comprobar que la quita de subsidios a los servicios domiciliarios no es, como se pretendió instalar, una reforma súper progresista, sino más bien un simple tarifazo. La clase media argentina ya ha dado muestras de que su paciencia va en directa proporción a su poder adquisitivo. Basta con recordar lo sucedido hace exactamente 10 años.
Mucho se habla de deseos durante el fin del año que se fue y los primeros días del que comienza; pero con simples deseos no arreglamos nada. Lo que sí necesitamos los argentinos, tanto los de allá como los de acá, es más participación para que los hechos no sean cosas que pasan, sino que hacemos que pasen. La historia la escriben los que hacen, no los que se sientan a mirar y después se quejan.
Otra vez, gracias por acompañarnos durante otro año más, y felicidades de parte de todo el staff de El Suplemento. Y sí, esto es un deseo, pero haremos todo lo posible, desde nuestro lugar como medio argentino y latinoamericano, para mantenerlo informado, entretenido y conectado durante el 2012. ©