Si bien el 2012 llega con pronósticos nada halagüeños, no parece que sea para preocuparse demasiado. Después de todo, se supone que el libre albedrío permite a las personas elegir su propio destino, y gracias a cada elección individual algunos podrán disfrutar de un excelente año. Aunque probablemente no habrá final feliz para todos.
Todo indica que elegir lo mejor para cada uno nunca fue fácil, dado que nunca se comprende cabalmente cuáles serán las derivaciones de esas elecciones.
Una anécdota anónima cuenta que durante la autodenominada Revolución Libertadora (dictadura militar que derrocó al Presidente Perón en 1955) sucedió un hecho curioso relacionado con el libre albedrío. Un general estaba durmiendo plácidamente y de pronto fue despertado por otro militar en la oscuridad de la habitación. Éste, mientras apuntaba con una pistola a la cabeza del general, le preguntó:
-¿Estás con la revolución o a favor de Perón?
Ese hombre tuvo que decidir sin información previa, sin referencias y en un instante el futuro de su vida. Aparentemente tuvo suerte con su respuesta, porque se mostró simpatizante de los complotados. Al menos, eso cuenta la leyenda.
Cómo elegir acertadamente en el 2012 parece ser la pregunta del millón. A diferencia del general de la anécdota, actualmente se dispone de bastante información sobre lo que se viene.
Para empezar, la peor noticia. Ya se están difundiendo centenarias profecías mayas que vaticinan el Apocalipsis, el fin del mundo, en diciembre de 2012. Como estas profecías no tienen ningún asidero científico, es poco probable que sucedan. La buena noticia es que este es el peor pronóstico. Lo demás es más normal y previsible: solo problemas económicos.
Al respecto, la muy científica canciller de Alemania, Ángela Merkel, ya propuso draconianas recetas de ajuste para los países de la eurozona, de la Unión Europea y, por las dudas, para el resto del mundo. Según ella, la crisis del 2012 en realidad será mucho más profunda de lo que se piensa, porque “durará años”. Es un dato poco alentador, pero para tener muy en cuenta, ya que la fuente lo amerita.
Por su parte, Hasan Tuluy, el futuro vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, escribió un artículo periodístico titulado “América Latina se prepara para lo peor”. No es tan trágico como las profecías mayas, pero se le parece bastante.
Para no ser menos, Paul Krugman, Premio Nobel de Economía 2008, escribió en The New York Times que es tiempo de empezar a llamar a las cosas por su nombre, por lo que propone que la situación económica actual se puede describir perfectamente como una “depresión”. Todas malas noticias.
A primera vista, lo que se viene no es nada bueno y pareciera que individualmente no se puede hacer demasiado para cambiar el curso de las cosas y tampoco encontrar un buen lugar para esconderse. No obstante hay esperanzas. Lo primordial es que cada uno de los habitantes de este convulsionado planeta enfrente estos nefastos augurios con optimismo, porque con optimismo todo se puede.
Es el ingrediente necesario, fundamental, para sobrevivir al tsunami económico, político y social que se avecina a nivel global.
¿Cómo se puede ser optimista ante presagios tan oscuros? Es muy fácil, solo hay que pensar positivamente y actuar en consecuencia. Prepararse mentalmente para sobrevivir a lo peor. Por ejemplo, que veremos pasar las olas desde arriba de una palmera. Pero no solo es cuestión de pensar. Hay que actuar. Un optimista emprendedor sin duda se dedicaría a filmar un documental sobre las profecías mayas o a escribir libros sobre el Apocalipsis que se avecina. De hecho, varios pioneros están viviendo muy bien gracias a este tema y desde hace varios años.
Los que no quieren perder el negocio de las profecías mayas son los habitantes de la Isla de Robinson Crusoe, del archipiélago de Juan Fernández, ubicado en el Pacífico Sur a 600 Km de las costas de Chile. Esperan recibir oleadas de turistas que llegarán para presenciar el fin de los tiempos en su isla, porque según un documental emitido por The History Channel ese será el mejor lugar para ver el Apocalipsis en todo su esplendor.
Siempre hay esperanzas. John Fitzgerald Kennedy dijo que estudió la Gran Depresión de 1929 en la universidad, porque durante la misma ni se enteró de la crisis, dado que su familia gozó de un bienestar económico inusitado. Vivieron en una mansión más grande y con más empleados domésticos que nunca. Lo que omitió mencionar fue que su padre, Joseph Kennedy, al estar muy bien informado vendió todas las acciones que poseía antes del derrumbe de la bolsa y de esa forma se hizo mucho más rico mientras millones eran arrojados a la miseria absoluta.
Si bien parece que en el 2012 se viene un huracán de grado 5, es seguro que los que tomen las decisiones adecuadas podrán sobrellevar la crisis sin mayores consecuencias. Saber elegir es la gran cuestión. En las escuelas de emprendedores siempre recuerdan que durante la fiebre del oro en California los que hicieron fortuna fueron los que vendían picos y palas.
El problema, como siempre, es saber lo que se debe elegir.
Por algo será que la sabiduría oriental señala: “Ten cuidado con lo que pides… porque te puede ser concedido”.©