Menos asado, más salud… ¡y en la Argentina!

De acuerdo a lo que respondieron los lectores de El Suplemento que participaron en la Suplencuesta de febrero, se pudo apreciar que entre sus prioridades se encuentran: “mejorar su salud y nutrición” y “regresar a vivir a la Argentina”.
La buena noticia es que para todos aquellos que tomen la decisión de regresar a la Argentina, de aquí en más ambos deseos se pueden cumplir simultáneamente. Aunque parezca mentira, es un hecho real. Porque la mejora en la salud y nutrición de la población del país se está llevando a cabo compulsivamente y presumiblemente alcanzará niveles nunca vistos.
Es preciso aclarar que esto sólo es aplicable a los sectores que todavía gozan de un buen poder adquisitivo y por lo tanto tienen un relativo acceso a los alimentos. Esto se debe a que el precio de la carne vacuna alcanzó niveles inaccesibles y todo indica que no bajará en los próximos años, ya que es materialmente imposible.
¿Cómo se llegó a este estado de cosas? La historia es muy sencilla: durante los últimos años, el sector ganadero fue golpeado por decisiones gubernamentales inéditas que desalentó a que los productores de carne vacuna siguieran en el negocio y se dedicaran a otros rubros, como por ejemplo, el cultivo de soja, que es mucho más rentable y sencillo. Por eso la producción de carne bajó a niveles sin precedentes. De hecho, actualmente es ínfima y sólo alcanza a satisfacer una demanda interna de 50 kg anuales por habitante, quedando un pequeño remanente de cortes especiales y muy cotizados, conocidos como la cuota Hilton, destinados a la exportación.
El problema es que por el legendario asado de los domingos, los exquisitos bifes a la parrilla y otras delicias culinarias autóctonas, los argentinos nos hemos acostumbrado a consumir unos 75 kg de carne por habitante anualmente.
Los actuales niveles de producción hacen que la ecuación no sea demasiado complicada. Si se producen 50 kg y se consumen 75 es imprescindible que inmediatamente y sin anestesia cada habitante debe dejar de consumir 25 kg de carne vacuna cada 12 meses. Y esto es una excelente noticia para la salud de la población, porque está comprobado que el excesivo consumo de carne vacuna es una de las razones por las cuales la población argentina padece de elevados niveles de enfermedades cardíacas, entre muchas otras. De esto puedo dar fe personalmente, ya que por ser un carnívoro insaciable padecí no hace mucho un infarto y me operaron con cuatro bypass.
Los cardiólogos y nutricionistas permanentemente recomiendan disminuir drásticamente el consumo de carnes rojas y aumentar el consumo de vegetales, frutas, pescados y carnes magras, porque los índices actuales son insignificantes en relación al de carnes vacunas. Se calcula que para una dieta saludable, por día se necesitan comer unos 450 gramos de verduras y frutas. Sin embargo, en el mejor de los casos, el argentino promedio raramente llega a los 200 gramos.
El gran problema es que estamos en Argentina y siempre actuamos de la misma manera. En vez de aumentar la producción, simplemente aumentamos los precios. Por eso, los precios de las verduras y especialmente el de las frutas, se dispararon a la estratósfera.
Como hay que tranquilizar a la población, hasta la solemne Presidenta se atrevió a ventilar pública y graciosamente que la carne porcina no sólo es saludable sino que también es afrodisíaca. Todo es válido para tratar de justificar lo injustificable. ¿Qué erradas decisiones políticas llevaron a que un tradicional país ganadero se quedara sin carne, y un país vecino, Brasil, con políticas más coherentes, se convirtiera en el primer exportador de carne mundial?
Cambiar la dieta de una población de manera masiva no sólo es posible sino que ya existen antecedentes. Cuando Marco Polo llevó los fideos chinos a Italia cambió los hábitos culinarios de la península. Tanto que todavía millones de personas creen que las pastas son un invento italiano.
A pesar de todo lo mal que se ha hecho en nuestro país, el resultado final será altamente positivo desde el punto de vista nutricional. En un futuro próximo los argentinos comeremos más verduras, frutas, carnes de cerdo, pollo y pescado. Algo que mejorará la salud y calidad de vida.
Para los lectores de El Suplemento que decidan volver al país, una sola recomendación: traigan dólares, muchos dólares. Porque en la Argentina de estos tiempos, para disfrutar de una dieta saludable hace falta mucho dinero.©