Casi todos los habitantes del planeta están pasando momentos de incertidumbre, miedo y ansiedad. Todo el mundo está convulsionado por la crisis económica y financiera global y son muchos los que no saben qué va a pasar con sus vidas, familias y patrimonio, porque las reglas de juego han sido modificadas de la noche a la mañana.
Los cambios son tan drásticos que la mayoría no sabe dónde está parado. Es como si hubiéramos empezado a jugar un partido de fútbol y cuando estábamos ganando cómodamente los árbitros nos informan que, a partir de ese momento, seguimos jugando pero…al rugby. Y es más que probable que en pocos minutos más nos dirán que es el turno del polo. La anarquía total.
Un caso que sucedió recientemente es un excelente ejemplo de los cambios producidos últimamente. A mediados de junio de este año, Microsoft ofreció aproximadamente 47 mil millones de dólares por la compra de Yahoo!, a un valor de 33 dólares por acción. Pero Jerry Yang, uno de los cofundadores de Yahoo!, rechazó la oferta de forma diplomática. Como no quería desprenderse de su empresa por razones sentimentales, hizo todo lo posible para hacer fracasar la negociación, y por eso le exigió a Microsoft 37 dólares por acción. Cabe recordar que esos 4 dólares de diferencia representaban miles de millones de dólares de más. Como era de esperar, la propuesto no fue aceptada y Yahoo! no fue vendida. En ese momento pareció que Jerry había tomado una sabia decisión y recibió alabanzas de todo el mundo.
Debido a que el mundo cambió de repente, la actual crisis económica está destruyendo la cotización de acciones de miles de empresas en todo el mundo, entre las cuales se encuentra Yahoo!, cuyas acciones en estos momentos cotizan a poco más de 10 dólares por acción. Obviamente, como cada decisión empresarial tiene sus consecuencias, Jerry Yang acaba de renunciar oficialmente a su cargo de CEO de la compañía, aunque muchos creen que en realidad Jerry ha sido eyectado por los accionistas de Yahoo!, los mismos que en estos momentos se deben estar agarrando la cabeza por los miles de millones de dólares que perdieron en menos de seis meses.
La pregunta del millón, o en este caso especial, la pregunta de los miles de millones de dólares perdidos, es la siguiente: Cuando Yang decidió aumentar el valor de sus acciones para no vender Yahoo! ¿hizo lo correcto o no? Ahora es muy fácil decir que no. Pero cuando la tomó nadie podría saber que el mundo se daría vuelta en pocos meses.
Otro caso similar ocurrió con el precio del petróleo. Cuando en julio de este año se vendía el barril a 147 dólares con tendencia alcista, tres analistas de Goldman Sachs pronosticaron que era muy probable que el precio del barril llegaría a costar $200 en un período de dos años. Dado que el precio actual oscila entre los 50 y 60 dólares, a todas luces la realidad indica que esos analistas se equivocaron. Pero ¿quién sabe cuánto costará el barril dentro de un año? ¿O la semana que viene?
Vivimos tiempos muy difíciles y aparentemente los que vienen no son mejores. El ser humano no soporta la incertidumbre, porque le provoca estrés y gravísimos problemas de salud. Los argentinos todavía estamos pagando con nuestro cuerpo la crisis del 2001. Ahora la crisis afecta a los habitantes de todo el mundo. Por eso ya hay indicios de un incipiente aumento de infartos y cardiopatías graves, dolores de cabeza, trastornos del sueño, enfermedades psicosomáticas, dolores de espalda, mareos o accidentes cerebrovasculares en todas partes. Y como si esto fuera poco, además proliferan todo tipo de fobias.
Los especialistas afirman que este tipo de crisis se enfrenta mejor cuando se tienen redes sociales de contención. Resistir en familia, con amigos, en conjunto, es la mejor forma de luchar contra las enfermedades físicas de origen psíquico. La solidaridad, los vínculos, son excelentes formas de protección frente a situaciones estresantes como las actuales.
Los casos de genios como Jerry Yang y expertos de bancos de inversión demuestran que en estos momentos NADIE SABE NADA, como siempre repite el celebre guionista de Hollywood William Goldman, refiriéndose a la industria cinematográfica. Goldman dice que antes de su estreno nadie sabe si un film será un éxito o no. Pero a pesar de la incertidumbre igualmente se siguen filmando películas.
Probablemente, la clave para sobrevivir y disfrutar un poco más de la vida en estos tiempos es reunirse con familiares, amigos y seguir tomando decisiones. En lo posible con filosofía oriental, sin preocuparse demasiado por saber cuáles son las correctas, porque al final de cuentas, ahora más que nunca, nadie sabe nada.
Cuando era chico me contaron una anécdota relacionada con una toma de decisiones importantísima, de vida o muerte… y a ciegas. Según me dijeron, la noche que comenzó la llamada “Revolución Libertadora” de 1955, que derrocó al gobierno del presidente Perón, un general estaba durmiendo en un cuartel. Dos oficiales entraron en su cuarto a oscuras, lo despertaron y le pusieron una pistola en la sien. Acto seguido le preguntaron: ¿General, usted está a favor o en contra de la Revolución?
Evidentemente, siempre hubo que tomar decisiones difíciles. ©