Los trabajadores de una estancia, desde el capataz hasta el puestero
Los establecimientos de campo, por su extensión y la gran cantidad de animales que suelen tener, no pueden ser bien vigilados desde el casco de la estancia, o sea, el grupo de casas en donde viven los dueños, el administrador, el mayordomo, los capataces y los peones o “mensuales”.
Por esta razón, en distintos lugares del campo se construyen pequeñas casas o ranchos, que reciben el nombre de “puestos”; en cada puesto vive un peón, solo o con su familia, y tiene a su cargo una zona determinada que debe recorrer periódicamente, verificando el estado de los alambrados, de las aguadas –molinos, tanques y bebederos- y de la hacienda. Y cuando observa que algo se encuentra en malas condiciones, debe arreglarlo o comunicarlo al mayordomo o al capataz.
Este peón, que merece plena confianza por su honradez y hábitos de trabajo, se llama “puestero”, y como su responsabilidad es mayor que la de los “mensuales”, tiene naturalmente, mejor sueldo.
También suele llamarse “puestero” al que, sin estar en una estancia, cuida un cierto número de animales –especialmente ovejas- que pueden ser o no de su propiedad.
En este caso, “medianero” es el que cuida a medias, o sea que la mitad de las ganancias le corresponden como retribución de su trabajo. Otros lo son al “tercio”, “al cuarto”, etc.
Compilado por Carlos Avilas del libro “Voces y Costumbres del Campo Argentino”, de Pedro Inchauspe, publicado en 1949. ¤