El Jaco Pastorius del rock argentino
Sin temor a exagerar, podríamos llamarlo nuestro Jaco Pastorius. Su nivel de virtuosismo con el bajo superó fronteras y siendo un adolescente se sumó a tres de los más grandes músicos argentinos para formar una de las mejores bandas que ha dado nuestro rock nacional.
Nacido en julio de 1959, Pedro Aznar es un verdadero prodigio del rock, el jazz y la música folk. No había cumplido 20 años cuando Pedrito irrumpió con todo al sumarse en 1978 nada menos que a Charly García, David Lebón y Oscar Moro para formar Serú Girán. Previamente había tocado en Madre Atómica, ALAS y Pastoral.
Pensando en los primeros pasos de Aznar junto a los legendarios músicos de Serú Girán, nos viene a la mente los primeros minutos de juego de Lionel Messi junto a grandes estrellas consagradas, como Ronaldinho o Samuel Etó. Lejos de amilanarse por compartir banda con semejantes monstruos, sus fraseos con el bajo aún hoy erizan la piel. Basta escuchar temas como Perro Andaluz, Eiti Leda o Viernes 3AM para entender que Pedro Aznar llevó este instrumento, que hasta entonces había ocupado un segundo plano muy por detrás de las guitarras o los teclados, a un nivel pocas veces hasta entonces escuchado.
No sorprende, entonces, cuando el 1982 el legendario músico de jazz rock Pat Metheny lo invitó a sumarse a su grupo, con el que grabó tres discos galardonados con el Premio Grammy.
En su haber figuran decenas de discos, la mayoría junto a Serú Girán, Pat Metheny, y solistas, entre los que habría que destacar los seis que grabó con Serú (incluyendo dos discos en vivo), además de Tango y Tango 4 (junto a Charly García), y los solistas Quebrado, A solas con el mundo, y el más reciente Contraluz.
Hoy Pedro Aznar sigue componiendo y tocando con la misma humildad y virtuosismo como lo hacía décadas atrás, cuando ese chico de rulos que nunca “se la creyó” creaba sorprendentes paisajes sonoros con su bajo sin trastes.¤