Una historia increíble

En el número 58 de El Suplemento mencionamos la curiosa reacción de una rana: si se la coloca en agua hirviendo, salta inmediatamente, pero si se la pone en agua fría y se va calentando la misma poco a poco, en forma gradual, se logra cocinarla sin que la pobre rana se de cuenta.

Bueno, parece que esa es nuestra historia y que a millones de argentinos nos fueron cocinando a fuego lento para que no nos diéramos cuenta de lo que nos hacían. Unos pocos días atrás recibí el increíble correo electrónico del Contador Público Nacional Miguel A. Morra, quien vive y ejerce su profesión en la localidad de Rafaela, provincia de Santa Fe. Resulta que hace un tiempo, Morra tuvo que hacer un cálculo especial y muy complejo para un inversor extranjero, que deseaba conocer el verdadero valor de su inversión en la Argentina a través del tiempo. Visitando la página oficial del Banco Central de la República Argentina, el Contador Morra fue descubriendo la triste realidad de nuestra historia. Miguel, un experto en el tema, me confirmó personalmente que comprobó las cifras varias veces, porque el resultado que obtuvo fue tan abrumador que resultaba inconcebible.
Este pequeño ejercicio matemático está destinado a todos aquellos que consideran que la Argentina es un país “en serio”.
Estas son las conclusiones del estudio del Contador Morra:
“1935-2005: 70 años y una pequeña Historia de Incompetencia sin Igual”.
En el año 1935, con 3,90 pesos moneda nacional (m$n) se podía comprar un dólar estadounidense. (3,90 m$n = 1 U$S). A principios del año 2005 se deben tener 3,00 pesos ($) para comprar 1 U$S.
En una lectura rápida y sin prestar mucha atención, algún distraído podría concluir:
“Qué bien que se ve: hubo estabilidad durante 70 años y nuestra moneda mejoró su cotización con respecto a la divisa extranjera, indicando una mayor solvencia y un mejor desarrollo de Argentina como país, con relación a Estados Unidos de Norteamérica”.
La estabilidad de la moneda tiene una influencia muy importante en el desarrollo de cualquier sociedad organizada, y su valor con relación a otras divisas y con los bienes susceptibles de intercambio, depende fundamentalmente de la confianza que generan aquellas personas que tienen capacidad de decisión en la estrategia política de un país.
Sin embargo, la historia dice que con el paso del tiempo, a la moneda nacional hubo que agregarle trece ceros hasta llegar al peso de hoy, de acuerdo al siguiente esquema:

Una historia increíble Es interesante, en este caso, hacer un pequeño ejercicio matemático.
Si estuviera vigente aún el signo monetario de aquel momento, el peso moneda nacional (m$n), necesitaríamos 30.000.000.000.000 ó 30 billones ó 30 millones de millones de billetes de un peso moneda nacional para comprar un dólar. Cada fajo de 100 billetes tendría un valor de m$n 100, por lo que serían necesarios 300.000.000.000 de fajos.
Los billetes actuales son más chicos que los de aquella época, ya que tienen un tamaño uniforme de 155 mm. de ancho y 65 mm. de alto, pero, a los efectos de este cálculo, podemos tomarlo como ejemplo. El papel utilizado es 100 % fibra de algodón, con un peso de 83 gr/m2. (según el Banco Central de la República Argentina)
Cada fajo de 100 billetes tiene 1,0075 metros cuadrados de papel (0,155 * 0,065 *100), que se puede redondear en 100 billetes = 1 fajo = 1 m2.
Si cada fajo tiene 1 metro cuadrado y lo extendiéramos en el suelo, necesitaríamos 300.000.000.000 de metros cuadrados o su equivalente en kilómetros cuadrados: (1 km2 = 1.000.000 de m2 - 300.000.000.000 / 1.000.000)= 300.000 Km2.
La provincia de Santa Fe tiene una superficie de 133.007 km2 y la de Córdoba 165.321 km2, por lo tanto, entre las dos suman 298.328 Km2
Dos provincias cubiertas de billetes para comprar un solo dólar (1 U$S).
Si hacemos un cálculo sobre su peso, a ochenta y tres gramos el metro cuadrado o el fajo de 100 billetes tendríamos: 300.000.000.000 (fajos o m2) x 83 gramos (c/u), dividido 1.000 para transformarlos en kg y el resultado dividido 1.000 para transformarlo en toneladas, obtendríamos una cifra de: 24.900.000 toneladas.
Si tenemos en cuenta que un camión puede llevar 30 toneladas, tendríamos que tener 830.000 camiones llenos de billetes. Para hacer una comparación, la cosecha de soja del año 2004 fue de 39.000.000 de toneladas, por lo que el 64 % del peso de la cosecha de soja del tercer productor mundial, serían necesarios en billetes para comprar un solo dólar (1 U$S). Sin ningún elemento devastador de por medio (guerras, epidemias, meteoros, etc), con las condiciones naturales y poblacionales absolutamente favorables, fue realmente necesario un inmenso esfuerzo de parte nuestros beneméritos dirigentes de los últimos 70 años para lograr algo así” Θ