Italia dedicó el año l999 a Leonardo Da Vinci, el actual a Piero de la Francesca y el próximo al Giotto.
Iniciamos una serie de notas con el primero, en sus aspectos menos conocidos del destino de sus obras.
Nos referiremos a La GIOCONDA que tuvo su propia y hermosa aventura.
Al principio los copiones insistieron en representarla desnuda, sobre la base de presuntos estudios de Leonardo o por curiosidad morbosa.
Luego esta obra que ha llegado a ser el cuadro más famoso del mundo tuvo que soportar una serie de alteraciones.
Partiendo de informes sobre todas las medidas, se intentó reconstruir la medida física de la modelo (Alt. M. 1.68 o sea m. 1.73).
Se sostuvo que la sonrisa decantada obedecía a una afección asmática. Otros se atrevieron a decir que la modelo no era virgen por ningún lado y otros pusieron en duda su sexo, así Issaro declaró que se trató de un joven efebo travestí.
El hurto de l9ll y u recuperación 27 meses más tarde aumentó su fama, atrayendo a novelistas, compositores de canzonetas y humoristas. Así se publica la cartulina (III) con el título “Je vais retrouver mon Vinci” (Yo voy a volver a encontrar a mi Vinci).En otra cartulina va acompañada por Fidel Castro y Stalin (VI) y luego vino una entera serie conmemorativa presentando a actrices vestidas de Mona Lisa como La Bella Otero (XXXII) y hasta a Fernandel (XXXIII).
Poco después interviene la propaganda política y surgen La Gioconda Kaiser (VII) y La Gioconda Stalin (VIII).
Luego la publicidad en Italia, España, Holanda e Inglaterra la usó abundantemente como marca de quesos, bebidas gaseosas, púas de gramófonos, forros, cigarros, consoladores, calzados, etc.
Una estampilla germana también recordó al pintor (XXXI). A principio de siglo se realizaron varias cartulinas que no la deformaban mucho (I, II y IV ).
En 1919 agredirla surge como un empeño protestatario de demolición de lo bello. Y así aparecen la de Salvador Dalí (X) , la de Gruel y Suyeux (XIII y XIV ) , la de Harold (XI ), la de M.Henry (XIV) y la de Souzouk (XV).
Esa protesta en los cultores del Pop Art, que fuera anticipada por F. Leger (XII), se convierte en una ironía.
En la tarea iconoclástica confiada a la fotografía, de la mano de los ingleses con L.Vala, el perfil de La Gioconda fue tenido como una rival.
La galería M. Fels de París en 1965 organizó una muestra de tales ejercitaciones con pintores de varios países (XVIII, XIX y XXI).
Pero nadie pudo superar la inventiva del fotógrafo alemán A. Felling (XXIX) y del francés J. Margat que en un número de “Bizarre” en 1959, la hizo cubierta de vendas (XVII). Luego se hizo una traducción en cliché a la traza inversa (XXI), y la anamorfosis del dibujo (XXIII), la copia dactilográfica (XXIV) y pasajes a la confusión y recomposición (XX ,XXV y XXVII) y la deformación de pérfida irreverencia (XXXV y XXXVI ) para alcanzar por último la destrucción (XXXVII).
La seguimos la próxima.
Notas tomadas del libro Leonardonpittore de Angela Ottino Della Chiesa. Ø