Un juguete tradicional de origen prehispánico
Se lo ha conocido con varios nombres, pero ninguno tan simpático como “capirucho”, que es como se lo denomina en Centroamérica. Si bien en Argentina se popularizó a mediados del Siglo 20, el balero tiene orígenes prehispánicos. Se trata de un juguete bastante rústico, construido de madera, con un “tallo” o mango alargado, una bola con un agujero en uno de sus polos, y una cuerda que une a ambos. El juego consiste en lanzar la bola hacia arriba y embocar el eje puntiagudo del mango en el agujero.
A partir de allí, los más expertos se lucían con malabares conocidos como doble emboque, emboque vertical, el revés, la puñalada o la mariquita, aunque nosotros nunca llegamos a tal demostración de criolla destreza.
Si bien nunca alcanzó la popularidad del yo-yo, el balero llegó a ser uno de los juegos de malabares más usados por los argentinos de entonces, a tal punto que un programa televisivo de los domingos a la noche (quizás algún lector recuerde de cual se trataba) incluía una competencia de balero, cuyo ganador se hacía acreedor de algún que otro electrodoméstico.
Con el correr del tiempo, el balero fue perdiendo vigencia, a punto tal que pocos chicos hoy siquiera saben de su existencia, a pesar de que no es imposible conseguirlo en algunas jugueterías… o casas de antigüedades. ¤