Históricamente frente a la escuela de los Carraci se levantó la de Caravaggio, no porque éste tuviera una academia , sino porque su personalidad, su amor por lo real (realismo), su gusto por los contrastes, fueron demasiado lejos al provocar incontables imitaciones.
Vamos a referirnos ahora a su primera época en Roma, con sus pinturas entre 1590 a 1595.
En ellas encontraremos un reconocimiento nuevo de los elementos menores de la composición: paños, frutas, ampollas y redomas de vidrio, plantas y flores.
La misma preocupación de Aníbal Carracci por la naturaleza pero que en Caravaggio es completamente superior.
Por eso dice Belloni que “no conoció otro maestro que el modelo y no escogió entre las mejores formas de la naturaleza”.
Es entonces un realista, pero como se ha sostenido, es un realista de una clase superior.
Caravaggio representó con ello, una de las reacciones contra el manierismo (*) que infectaba a la pintura.
Con el tratamiento inédito por el cual Caravaggio hizo asumir al detalle una validez autónoma, abrió a la pintura moderna el vibrante y feliz capítulo de la naturaleza muerta italiana.
En ese sentido en este número reproducimos una obra totalmente compuesta y completa: “el canasto de las frutas” en el que encontramos un cálido y denso sentido de la vida, una verdadera contemplación de la forma revelada a la luz.
Hasta hoy, sólo se conoce de Caravaggio una segunda naturaleza muerta “pura” en la que no participa la figura humana, y es “el postre” que también reproducimos.
Con “el canasto de frutas” Caravaggio afirmó con seguridad la autonomía de la “pintura de género”, abriendo el camino de la nueva posición frente a la naturaleza muerta de los pintores italianos. “El postre” mucho más que la anterior es el punto de partida de la interpretación que darán los Caravaggistas y los especialistas de Roma y de Nápoles a la “Pntura de género.
(*) Manierismo. Tendencia artística que consiste en buscar afanosamente el efectismo, en detrimento de la naturalidad. Surgió en el siglo XVI en Italia, y representa un momento de transición del clasicismo al barroco, como consecuencia de la imitación de los grandes maestros renacentistas. Ø