Argentina: ¿Seremos como Noruega o como Nigeria?

El yacimiento de “Vaca Muerta”, en la provincia de Neuquén, es la nueva riqueza que le brinda la naturaleza a la Argentina. Una nueva oportunidad para “emerger” del tercer mundo. ¿Lograremos hacerlo?

Según algunos especialistas, Vaca Muerta es uno de los reservorios de petróleo y gas más importantes del mundo. El gran inconveniente es que para disfrutar de toda esa riqueza se debe utilizar el “fracking”, que es una costosa y especializada técnica de extracción no tradicional. A través del fracking, las compañías petroleras deben producir fracturas en el subsuelo rocoso donde se encuentran el gas y el petróleo acumulados en poros, aislados entre sí. A casi tres mil metros de profundidad, donde se encuentran los depósitos, esto se puede lograr inyectando decenas de miles de metros cúbicos de agua, arena y un conjunto de productos químicos dentro de los reservorios, tanto en forma vertical como horizontal.
Es importante destacar que esta novedosa técnica es la única que permite extraer las enormes reservas de hidrocarburos que se encuentran en el subsuelo patagónico.

Algunos economistas estiman que debido al enorme potencial de este yacimiento y de otros que van apareciendo, el aluvión de dólares que recibirá la Argentina en las próximas décadas será enorme. De allí que muchos vaticinan que esta bonanza será similar a la que atravesaron Arabia Saudita, Kuwait y otros estados petroleros en el siglo pasado.

Ante este panorama económico tan alentador, varios analistas se preguntan cuál será el efecto de esta lluvia de dólares en la sociedad de nuestro país y se atreven a especular sobre los dos escenarios más probables, ambos relacionados con los dos países que están atravesando por situaciones similares: Noruega y Nigeria, ya que ambos están viviendo actualmente su “fiebre de petróleo”, pero con resultados totalmente distintos.
El país escandinavo destina gran parte de la riqueza obtenida en el Mar del Norte a mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos, tanto los actuales como sus hijos e incluso sus nietos, porque están depositando dinero a cuenta para ser disfrutado por las próximas generaciones.
Mientras tanto, lo que sucede en el país africano no podría ser más distinto: la riqueza se concentra en muy pocas manos y la miseria se abate sobre la gran mayoría de los habitantes de un país que nada en petróleo.
Para tener una mera idea de las poblaciones involucradas cabe mencionar que Nigeria tiene una población de 174 millones de personas y Noruega poco más de 5 millones.

¿Otra vez soja?
A medida que avanza la exploración y producción de Vaca Muerta, los análisis que se realizan sobre el futuro que nos espera proliferan por doquier. La realidad es que en todas las zonas aledañas a los yacimientos neuquinos se dispararon los precios de las propiedades y el costo de vida se elevó a la enésima potencia.  La riqueza es de tal magnitud que ya se planifica fundar una nueva ciudad que albergará a decenas de miles de personas en el medio del desierto, cercana a los pozos de extracción.
Realmente es inconcebible pensar que personas inteligentes puedan creer que la Argentina tiene la opción de convertirse en una nueva Noruega. El pasado y el presente de nuestra historia nos condenan. Nuestros gobernantes desde siempre se aseguraron que las riquezas naturales beneficiaran a unos pocos en desmedro de la mayoría.
El boom de la soja es un ejemplo alarmante. Esta planta milagrosa de alta rentabilidad ya provocó el desmonte de miles de hectáreas de bosques y aniquilación lisa y llana de la diversidad animal y vegetal que caracterizaba a nuestro territorio.

El monocultivo sojero produjo enormes migraciones de poblaciones que se vieron obligadas a desplazarse a las ciudades y sus periferias por falta de trabajo en el campo. Dado que la siembra, cultivo y cosecha de soja se encuentra completamente automatizada, ya no se necesita mano de obra humana.

El gran dilema a resolver es saber cómo los próximos dirigentes utilizarán esos recursos millonarios: si para el beneficio de una minoría o para gran parte de la población.
En base a nuestros antecedentes, Nigeria es nuestro destino asegurado.
Sin embargo, como la esperanza es lo último que se pierde, quizás se produzca un milagro y se pueda cambiar el rumbo de colisión. Noruega está fuera de todo alcance por idiosincrasia y tradición, pero existen términos intermedios que son aceptables.
Ojalá que la inteligencia prevalezca y Vaca Muerta beneficie a millones. Los argentinos nos lo merecemos.  ¤

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