Se destaca por su distintiva apariencia.
Esta ave fue declarada plaga nacional en 1960 y las matanzas indiscriminadas redujeron su población a sólo 700 ejemplares. Tiene la particularidad de que migra del sur hacia el centro del país en el invierno para no sufrir las bajas temperaturas. Los pocos ejemplares que quedan, viven entre las praderas patagónicas y el sur de la provincia de Buenos Aires.
El Cauquén Colorado es una especie migratoria, mide 50 cm y es muy similar a la hembra del Cauquén Común (conocido como avutarda), de la cual se diferencia por su barrado más fino en el pecho, las patas naranjas sin tonalidad amarillenta, el anillo blanco alrededor del ojo y su menor tamaño. La forma de la cabeza presenta diferencias en la zona frontal, siendo blancuzca y de apariencia más estilizada que la del cauquén común, de forma más pronunciada, lo que también permite distinguirlos, especialmente cuando la comparación directa es posible. Generalmente se los encuentra en parejas o pequeños grupos, asociados a cauquenes comunes, pero manteniéndose en la periferia de los grupos. Al contrario de los comunes, en caso de sentirse amenazados huyen hacia los pastizales en lugar de hacerlo hacia el agua, lo que parece ser una desventaja para los pichones que pueden ser capturados más fácilmente por predadores.
El cauquén colorado utiliza las cercanías del estuario como zona de descanso y alimentación. Respecto a los sitios donde nidifica, los únicos registros en la zona continental argentina en las últimas décadas corresponden a la zona de la Estancia Cóndor, la reserva de Cabo Vírgenes y el Estrecho de Magallanes. ¤