Esta profesión de plasmar historias me ha hecho vivir cosas muy curiosas, así como desconocer los agradables caminos a los que conduce cuando quien entrevista y escribe se deja llevar tanto por el corazón como por lo que escucha, en iguales proporciones.
Allá por el 2011 me sucedió una cosa interesante. Estaba haciendo un reportaje al fundador y director del Teatro de las Artes, Alfie Martin, (El Suplemento, Octubre 2011) y a medida que seguía la historia de su actividad y sus logros, y dejándome guiar por su entusiasta verborragia y su intenso reconocimiento a las artes y a quienes las generan, terminé haciéndole una nota a la persona, el artista y el hombre a quien Alfie admira y a quien gustosa y muy naturalmente cedió las páginas que originalmente lo tendrían por protagonista y se convirtió en tapa de esta revista. Me refiero a Osvaldo Roval.
Cuando conocí en persona a Osvaldo, confirmé lo que Alfie aseguraba con pasión.
Un tanguero de sangre gallega…
Allá cuando Argentina era el lugar elegido para el destierro y para el hogar de los hijos por venir, sus padres dejan Galicia, y de esa manera, su madre abandona las Romerías en las que canta, y sus sueños de seguir cantando, de hacer de su voz una carrera. Unos años después, en 1927, nace Osvaldo Roval, en Valentín Alsina, cerca de Pompeya, uno de los barrios proletarios de mayor tradición tanguera de Buenos Aires situado a en la Zona Sur. Pompeya se hace famosa en los versos del santiagueño Homero Manzi por aquello de “Sur, paredón y después… Pompeya y mas allá la inundación”.
El barrio y la familia lo acunan con esa impronta de cantar los sentimientos, esos que muchas veces no pueden expresarse solo con palabras y sin acordes. Esa semilla empieza a desarrollarse en Osvaldo tan pronto como en la escuela primaria, cuando se establece en un escenario y frente a un micrófono. Romántica por naturaleza, su adolescencia se puebla de serenatas y ya con la seguridad de su talento, comienza a cantar en bailes, confiterías y clubes, ampliando su repertorio al género tropical para luego por amor y por pasión, dedicar su voz y su estilo de lleno al tango. Y Roval fue fiel a su estilo, desde entonces y hasta hoy.
Cronológicamente, con tan solo 17 años, Roval es convocado para ser la voz de la Orquesta Plaza, integrada, entre otros, por el gran pianista y maestro Tarantino. Mientras hace el servicio militar continúa cantando en eventos militares, y de ahí su voz empieza a escucharse en el resto del país para más tarde trascender a Uruguay, Chile y Brasil.
Elevándose entre los grandes, sobresale como la voz de la Orquesta del maestro Sergio Feiman –la misma en la que sobresalía Lalo Schiffrin como pianista y arreglador--, y en la de Sergio Anchart. Luego vinieron “La Bohemia” y “Los Cuban”, esta última dirigida por el maestro Casal. Inquieto por naturaleza y lleno de sueños, allá por 1961 parte hacia California, donde sin intención pero con pasión se convierte en pionero del tango. Aquí comienza con la Danzonera Mexicana, luego hace el primer show musical en vivo y en español en TV, el Rincón Argentino de Osvaldo Roval, que salía todos los lunes por la noche en el antiguo y reconocido Canal 40.
No limitando su éxito a su pasión de cantar, se dedica a enseñar vocalización aquí en Los Angeles, a la vez que se presentaba en los lugares top de ese entonces. Allá por los 70, su popularidad trasciende y decide extender sus fronteras y grabar en España con la Orquesta Sinfónica de la Televisión Española, que dirigía el Maestro Rafael Ibarbia. Junto al maestro Fantoni crea la primera Orquesta Típica de Tango en Los Angeles; y junto a León Barroso, Carlos Nieto, Adolfo Garnier, Gabriel Hernández y Mario Bernal fundan y dirigen el Colegio de Arte Dramático de Los Angeles (CADLA).
Entre los muchos cantantes que compartieron escenario con Osvaldo Roval, se encuentran Edmundo Rivero --quien hizo público que Osvaldo le abría las puertas de Estados Unidos a todos los cantantes argentinos que visitan a California--; Alberto Podestá, Roberto Florio, Roberto Goyeneche, Rozenda Bernal, The Platters, The Coasters, Daniela Romo, Isela Vega, Raúl Lavié, Argentino Ledesma, Rubén Juárez, Guillermo Fernández, Guillermo Calve, Mario Bonet, Jorge Falcón, Alberto Marino y muchos otros grandes internacionales.
Osvaldo Roval lleva cosechados muchos galardones a lo largo de su carrera. Pero el premio más grande a este grande de la música está todavía por venir. Pronto, tan pronto como este 8 de marzo, en el que será homenajeado por el Teatro de las Artes y la Asociación Argentina de Los Angeles y en el que le otorgarán el reconocimiento como Leyenda del Tango en Los Angeles.
Este homenaje, que dio en llamarse “Tributo a Osvaldo Roval”, deriva de un hecho que ocurrió en el '87, cuando entre Osvaldo y sus amigos Héctor Lagresa y Alfie Martin surge un ambicioso proyecto musical: la grabación y lanzamiento de un disco de bolero música pop y romántica, un larga duración de co-producción USA-Argentina, cuyo tema principal “Cuando me Vaya”, de Enrique Inquieta, comparte cartel con “Me Comprometo” de Bobby Capó, y “Una Palabra”, de Gogo Andrew, el reconocido actor cómico y compositor. El maestro José “Pepe” Motta (recientemente reporteado en El Suplemento del mes pasado) es convocado para su dirección y producción musical, y de él son también dos de los temas.
En aquellos primeros años el plan era lanzar el disco en el Gran Hotel Provincial de Mar del Plata, con el padrinazgo de María Marta Serra Lima y Guillermito Fernández, en El Show de la Medianoche. Pero en el '90 fallece su amigo y productor financiero, Héctor, y Osvaldo entra en tal depresión que decide suspender todo, aun con el paquete artístico completo, el disco terminado, tres videos ya grabados y el teatro comprometido. Y así el proyecto entra en el olvido.
La semilla de un proyecto
El tiempo hace su parte y el master con la grabación original se deteriora. Un día, años más tarde, Osvaldo recibe un llamado de la viuda de Héctor, quien le comenta que había encontrado un material suyo en casetes. Recupera así parte del material… solo para volver a dejarlo en el olvido por unos cuantos años más. Hasta que un día le pregunta a Alfie si algo de eso podría recuperarse… Esa fue la semilla inicial para que el proyecto volviera a la vida, a pesar de que lo único original con posibilidad de ser utilizado era la voz de Osvaldo (casualidades, si las hay) Y junto con su voz, se recupera el entusiasmo de Osvaldo y la tenacidad de Alfie, quien, con la incorporación del productor musical Iván Castro, lleva a cabo la titánica tarea de darle vida a los viejos casetes para convertirlo en un nuevo CD de Osvaldo Roval, mediante la utilización de las grabaciones originales y tecnología de punta.
Es así que entre tanta historia y tanto logro, Alfie comienza también a sentir que el lanzamiento da para más, y a acariciar la idea de organizar este homenaje a esta figura tan relevante para el tango en California, que ahora cuenta con sus magníficos 87 años.
Será entonces en este “Tributo a Osvaldo Roval” donde se lanzará oficialmente este un nuevo CD de Osvaldo, al que él mismo decidió dar el nombre del tema principal, Cuando me Vaya, ya que según dice, es “esa” la canción romántica que se adapta al momento, al amor, a los amigos, a la gente, a las actitudes, a la distancia y a la vida. El hecho es que se logró un producto al que se le agregó todo el aspecto tecnológico actual pero “sin tocar la voz, con la voz original intacta de Osvaldo Roval grabada en el 88!”, aclara Alfie.
Y como sucede con las cosas buenas, este homenaje no se limitará a Los Angeles. Los grupos tangueros argentinos han manifestado su deseo de participar, y por ello en mayo próximo, Osvaldo Roval estará volando a Buenos Aires para continuar allá recibiendo tan significativo y merecido reconocimiento.
Vale aclarar que “Cuando me Vaya” se distribuirá con fines culturales y de Herencia Histórica Cultural, no comercial, en distintas partes del globo a través del Teatro de las Artes.
“Cuando me vaya les pido a mis amigos su presencia…” dice la letra… “Cuando me vaya… cuidado con el beso en tu mejilla de alguien que te adule y no conozcas…” dice sabiamente Roval.
Definitivamente, esta será una gran celebración. ¤
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