de Miguel E. Garriga (El Suplemento, Diciembre 2008)
“1808” es un importantísimo esfuerzo del autor para elucidar una serie de eventos que habrían de cambiar drásticamente el panorama económico y político de la colonia.
¿Cómo era Buenos Aires en 1808? Era una ciudad muy pobre, una de las más pobres de la ruta al Alto Perú, que no podía ni lejanamente compararse con la fabulosa Potosí.
Pero profundos cambios políticos y económicos provocarían una rápida transformación en una metrópolis de interés a las potencias de Europa. Por empezar, habían pasado sólo dos años de la Segunda Invasión Inglesa y el ejército criollo que expulsó a los ingleses estaba llegando a su apogeo. La resistencia a los invasores estuvo a cargo de dos regimientos importantes. Uno de ellos estaba integrado por soldados nativos de España. El otro estaba formado por “criollos”. Criollos eran aquellos nacidos en la colonia, estrictamente de raza blanca, de hasta cuatro generaciones en América. Los soldados españoles estaban mal entrenados y solían desertar y casarse con mujeres nativas. El ejército criollo se llamaba Regimiento de Patricios y confiaban que si vencieron a los ingleses con tanto éxito, fácilmente podrían enfrentarse a cualquier invasor extranjero. Otro importantísimo suceso fue la épica batalla naval de Trafalgar en la que la flota inglesa del almirante Nelson aniquiló a la flota franco-española bajo el mando del almirante Villeneuve en 1805. El incidente más impactante de ese año, en mi opinión, fue el motín de Aranjuez, en la ciudad del mismo nombre, contra el favorito del rey Carlos IV, Manuel Alvarez de Faría Godoy. Godoy fue el “mandamás” durante todo el gobierno de Carlos IV, y hasta se llegó a sospechar que haya sido él quien colaboró con los franceses cuando los últimos invadieron España y depusieron al rey. Las aspiraciones de Napoleón eran conquistar toda España, invadir Portugal, y eventualmente crear una superflota para vengar el desastre de Trafalgar. Nunca llegó a cumplir con sus aspiraciones. Mientras, Carlos IV abdicaba el trono y fue reemplazado por Fernando VII. Este último fue un rey débil e incapaz de lidiar con el mundo que lo rodeaba. Bajo su mando, España perdió la mayoría de las colonias de América.
Mientras tanto, los notables de la colonia no estaban seguros qué hacer. Muchos temían la invasión napoleónica de España, otros pensaban que sería más práctico apoyar a Napoleón, aún otros preferían varios grados de independencia de la corona. También estaban aquellos que apoyaban a la Infanta Carlota. La infanta Carlota de Borbón era la hija menor del Rey Carlos IV, es decir, era la hermana del rey Fernando VII y estuvo casada brevemente con el Rey de Portugal. Carlota era una mujer de inauditas pretensiones, trataba a los hombres "como juega el gato maula con el misero ratón", aspiraba a convertirse en una “súper-regente” por encima de todos los virreyes, y hasta había solicitado la ayuda de los ingleses (sí, los mismos que aniquilaron su flota tres años antes).
Luego de mi humilde aporte, le agradezco al Sr. Garriga por abordar temas tan importantes de la historia argentina y por haberme estimulado a escribir esta discusión (no impugnación) a su original trabajo.©