El conflicto menos pensado

Por: PájaroNo contentos con la aplicación de desmesuradas retenciones al campo y no queriendo siquiera discutir esa implementación, el Gobierno y sus simpatizantes generaron un conflicto sin precedentes con el campo al utilizar en su artillería oral frases como “oligarquía vacuna”, “reyes de la soja”, “terratenientes”, “burguesía del interior”, “piqueteros de 4x4”, “piquetes de la abundancia” e insistió con la idea rectora: “La huelga es contra los argentinos”, dicho con la intención de que el campo dejara de lado el paro, y todo esto amenizado por la salida a las calles de impresentables grupos de choque.
Uno de ellos fue encabezado por el ex funcionario del gobierno de Néstor Kirchner, Luis D'Elía, quien, en las zonas comprendidas por el Obelisco y Plaza de Mayo, alistó a su grupo para patotear a la gente que expresaba su apoyo al campo y su disconformidad con el Gobierno.
Para mostrar el nivel de gente que rodea a este Gobierno, transcribiré un reportaje que le hizo Fernando Peña a Luis D'Elía luego de su patoteada a la gente que caceroleaba en Plaza de Mayo. Consultado D'Elía por su accionar, se mandó con un monólogo que lo muestra de cuerpo entero, diciendo lo siguiente: “Hola sorete... los eché porque los odio, odio a la pu... oligarquía, odio a los blancos, odio, te odio Peña, odio tu plata, odio tu casa, odio tu historia, odio a la gente como vos que defiende un país injusto e inequitativo, odio a la pu... oligarquía argentina, los odio con toda la fuerza de mi corazón, los odio, te lo digo claramente. Ya lo decía Sarmiento: ‘No hay que ahorrar sangre de gaucho’, de negro; nosotros somos bosta, caca, para la gente como vos, sos un forro y sos un sirviente de la pu...  oligarquía nuestra, que la jugás de trangresor, pero no tenés las bolas para bancar, vos vivís en San Isidro, ¿sabés a dónde estás hablando?... a Laferrere..., odio a las clases altas argentina que han hecho tanto daño y han matado a tanta gente, que no defienden una sola bandera sino la bandera de su pu...  ganancia”.
El peor de los errores de los Kirchner fue ensuciar la investidura presidencial y el gobierno todo, al delegar su “defensa” en un impresentable como Luis D'Elía, acaso la figura pública de mayor desprestigio social. Serán muy difíciles de curar las heridas profundas que estos atropellos dejan en la conciencia colectiva. D'Elía rescató a las viejas patotas de tipo mussoliniano e hizo volver al país al pasado, en un viaje sin escalas. Su declarado odio hacia los “blancos millonarios con 4x4 de Barrio Norte” es irrisorio y patético, sobre todo si consideramos que sus mismísimos amados Kirchner son blancos, millonarios (es el presidente que más fortuna tiene de todos los que nos han gobernado), son vecinos de ese barrio y felices poseedores del tipo de vehículos en contra de los cuales D'Elía despotrica.
Pero para demostrar aún más que D'Elía hizo lo que hizo con aprobación del Gobierno, éste fue premiado con un lugar de privilegio en el palco de Parque Norte, donde estaba toda la jauría K, y donde Cristina trató de calmar las aguas, cambió el discurso y apuntó al diálogo.
Este cambio de rumbo es simbólico y nos muestra la confusión de un gobierno que a la defensiva muestra su peor cara, autoflagelándose y pagando altos costos políticos por convertir en un tsunami un problema con el campo que era un vaso de agua si se aplicaba el sentido común.
Asusta el rosario de torpezas cometidas. Es legítimo preguntarse, a la luz de lo que pasó, cuál será la reacción de los Kirchner si en el futuro tuvieran que enfrentar una crisis económica más o menos seria.
Teniendo todo a favor, fueron hasta el borde del precipicio. Así es como se maneja este matrimonio: redobla la apuesta y construye casi desde el abismo. Por eso lograron todo lo contrario a lo que buscaban. Se preguntaban quién estaba oculto detrás del conflicto sin ver que ellos mismos ayudaban a multiplicarlo.
Al Gobierno le pareció natural tomar la rebelión del campo como una obra urdida por enemigos siniestros, por “extorsionistas” riquísimos resueltos a frustrar el “proyecto de país” progresista que dice estar impulsando.
Tal lectura correspondería a la realidad si sólo se tratara de las protestas de un puñado de latifundistas y sojeros opulentos, productores como Elsztain, que tiene 400 mil hectáreas de la firma Cresud, o Soros, con 200 mil, o Whertein, Bemberg o Fortabat, los muy pocos que tienen más de cien mil hectáreas en zonas intensivamente agrícola-ganaderas, o Grobo, que arrienda una cantidad similar. Pero los más enojados con ella y con Martín Lousteau, Guillermo Moreno y compañía, son los chacareros pequeños que ven como se les cierran las puertas para un pretendido y merecido bienestar económico. Calificarlos de “oligarcas” es una estupidez. Y que una multimillonaria coleccionista de 4x4 y que gasta por lo menos 3.000 pesos por día en su vestuario y accesorios los haya denostado diciendo: “Este es el piquete de la abundancia”, es obsceno.
Fue por tales comentarios y por la soberbia que reflejaron, que el intento de Cristina de aplacar los ánimos terminó siendo un boomerang, provocando los cacerolazos más ruidosos que el país haya visto desde los días finales de la presidencia de Fernando de la Rúa. En un par de minutos, Cristina se las arregló para superar la antinomia supuestamente tradicional entre el campo y la ciudad, reuniéndolos en su contra, como antes había logrado el milagro de que grupos tan antagónicos como la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas, Federación Agraria y Coninagro se pusieran de acuerdo para realizar un paro. Cristina logró en poco tiempo cambiar la opinión de grupos, como los rurales, que con su voto le dieron el triunfo en las elecciones pasadas, siendo que en las elecciones fue repudiada por la mayoría de los votantes de los centros urbanos, exceptuando a los del conurbano bonaerense; su fuerza estaba en los sectores rurales que ahora atacó porque allí ganó por un margen amplio. Este reordenamiento del panorama político que acaba de darse debería preocupar sobremanera a los estrategas del “proyecto” kirchnerista.
No es que la alianza heterogénea que lo apoya se haya deshecho por completo. Los Kirchner aún cuentan con el apoyo fervoroso de personajes como Luis D'Elía, el líder de una banda de piqueteros que el martes aprovechó una oportunidad largamente esperada para hacer gala de su lealtad cristinista, rompiendo cabezas y aullando insultos soeces desde la Pirámide de Mayo, proclamando a los gritos que la plaza era suya. También tienen a su lado al camionero y jefe de la CGT, Hugo Moyano, otro especialista en repartir puñetazos entre quienes se animan a protestar contra las medidas oficiales. Pero si bien es de suponer que la proximidad de D'Elía y Moyano no molesta demasiado a Néstor Kirchner, los optimistas habían previsto que Cristina, consciente de que están entre las personas más desprestigiadas del país, optaría por rodearse de gente un tanto más presentable. No quiso o no pudo hacerlo, con el resultado de que para muchos su nombre quedará pegado a aquellos dos símbolos de la violencia política.
Al implementar retenciones iguales para todos, el gobierno afectó a pequeños productores a los que el camino se les hace muy costoso con estas retenciones de por medio. Se puede discutir si aplicar las retenciones es justo, pero lo que no es justo es juntar a todo el campo en una misma bolsa. El Gobierno, con el solo método de hacer una escala de retenciones móviles y sin afectar a los pequeños productores, automáticamente hubiera bajado la tónica del conflicto. Pero para el gobierno el diálogo es sinónimo de debilidad, entonces sale a pelear y viendo a los que están en su rincón del cuadrilátero, demostró que, una vez más, la pelea en Argentina enfrenta a los que jamás laburaron con los que trabajan todos los días. Y no se trata de una lucha de clases como muchos pretenden hacernos creer para explicar lo inexplicable.
Es triste verificar que mientras la Justicia está juzgando a la Triple A, de la que muchos argentinos han sido víctimas, hoy tengamos que ver a estos matones que en nombre del pueblo utilizan un modus operandi similar a los de esa triste época de nuestro país y que no garantizan el cuidado de lo único que tenemos que proteger: la democracia. ©

  thegauchos

Perfiles Nuestra Gente

De Nuestra Comunidad

Recetas

El Trago del Mes

Deportes

Fitness

Fauna

error

sopa

Leyendas

Hojea La Revista

Grandes músicos

suple

generac-home-standby-generator-banners

Perdidos en el tiempo

Historias Gauchas

Turismo

Recorriendo California

Libros

Acerca de Nosotros

logo

El Suplemento es el principal medio argentino del Sur de California. Fundado en el año 2000, es una revista de distribución gratuita en todos los locales argentinos, con una tirada aproximada de 10.000 copias. Cubre la comunidad argentina local e información de utilidad para los compatriotas en el exterior.

Connect with us

Welcome to El Suplemento Magazine

Phone: (818) 590-8407

Email: director@elsuplemento.com

Website: www.elsuplemento.com

Address: P.O.Box 570123
Tarzana, CA 91357-0123

Nuestras Redes Sociales

Facebook

instagram

Twitter linkedin