La necesidad de creer en algo puede generar falsas expectativas. Tanto en la gente que habita nuestro país, como en aquellos que están en el extranjero. Tienen ese sentimiento cada vez que empieza un nuevo gobierno, aunque lo único que hayan cambiado sean las caras. Los que todavía habitan nuestro suelo lo tienen por la esperanza de vivir mejor, y los que están en el extranjero, lo sienten por que quieren volver o porque quieren ver a su querido país en el lugar que se merece. Pero generalmente estos deseos se diluyen rápidamente y más aún si desde el gobierno se pretende manipular ese sentimiento. Desde La Rosada intenta manejar la sensación de bienestar gastando $500.000 en encuestas falsas que indiquen que la popularidad del presidente se mantiene intacta. Pero por otro lado, las encuestas reales indican que en el mes de agosto la credibilidad de Kirchner bajó un 15 %.
¿Hasta cuándo se nos seguirá mintiendo y cuánto será el aguante de la ciudadanía? Por lo visto en las últimas semanas la paciencia es infinita (por no usar términos más duros), como por ejemplo en la provincia de San Luis. En la provincia de los Rodríguez Saa, se hizo un plebiscito para apoyar -o no- su plan de gestión y ganó con un 90 % de los votos.
La frase del mes: La titular de la U.C.R. bonaerense nos dejó la siguiente frase:
“Se ha instalado un modelo de dominación de los sectores más pobres dejándolos prácticamente como rehenes, porque creen que si el partido gobernante no gana en las elecciones, no van a seguir recibiendo los beneficios sociales”. Ø