De tal palo...
Un día una niña estaba sentada observando a su mamá lavar los platos en la cocina. De repente, notó que su mamá tenía varios cabellos blancos que sobresalían entre su cabellera oscura. Miró a su mamá y le preguntó inquisitivamente:
-¿Por qué tienes algunos cabellos blancos, mamá?
Su madre le contestó:
- Bueno, cada vez que te portas mal y me haces llorar o me pones triste, uno de mis cabellos se vuelve blanco.
La niña asimiló esta revelación por un rato y luego dijo:
-Mami, ¿y por qué todos los cabellos de mi abuelita están blancos?
Revoluciones
Un turista canadiense pregunta en una tienda de discos de La Habana:
- ¿Tiene la canción Morir de Amor, por las Hermanas Fabrisa, en 45 revoluciones?
- No, pero tenemos Morir de Hambre, por los Hermanos Castro, en una sola revolución.
Dieta
Mi novia me trata como si yo fuera un pedazo de carne.
- ¿Y cuál es el problema, Chucho?
- Que ella es vegetariana.
En el aire
El avión ha perdido los motores y va cayendo en picada.
Se levanta del asiento un pastor y dice:
- Ya no queda nada por hacer. Solo rezar para que vayamos al cielo.
Otro pasajero le contesta:
- Pues apúrese, porque vamos en la dirección contraria.
Se encuentran dos grandes
Se cuenta que en una reunión social, Einstein coincidió con el actor Charles Chaplin. En el transcurso de la conversación, Einstein le dijo a Chaplin:
-Lo que he admirado siempre de usted es que su arte es universal; todo el mundo lo comprende y lo admira.
A lo que Chaplin respondió:
-Lo suyo es mucho más digno de respeto: todo el mundo lo admira y prácticamente nadie lo comprende.
Lenguaje
Entra un nuevo profe al curso y se presenta:
-Buenos días, mi nombre es Largo.
Dice Juancito:
-No importa, tenemos tiempo.
Speed limit
A un costado de la ruta, el policía ve venir un auto que avanza casi a paso de hombre. Se sube al patrullero y detiene al infractor.
Cuando se acerca, ve que hay cinco viejitas dentro, con los ojos bien abiertos y pálidas como fantasmas.
La señora que va al volante, visiblemente confundida, le dice al oficial:
- Agente, no entiendo. Yo iba conduciendo exactamente a la velocidad permitida.
- Es que manejar a una velocidad mucho más baja que el límite también puede ser muy peligroso, señora…
- ¡Pero oficial, yo iba exactamente a la velocidad permitida: 22 kilómetros por hora!
Tratando de aguantar la risa, el policía le explica que 22 no es el límite de velocidad, sino el número de la ruta.
Un poco avergonzada, la dama sonríe y agradece al policía el haberla sacado de su error.
- Pero antes de dejarla ir, señora, dígame si están todas bien. Sus compañeras parecen muy asustadas y no han dicho palabra.
A lo que la anciana responde:
- No se preocupe, pronto estarán bien… es que acabamos de salir de la ruta 190.
El castigo a los evasores
Un contador, viejo evasor de impuestos, llega al Cielo. San Pedro le dice que, por haber evadido toda la vida, deberá optar por ir al infierno o pasar cinco años haciendo el amor con la mujer más fea de la creación.
El contador rápidamente hace la cuenta: “Cinco años de sufrimiento… y luego una eternidad en el Edén: ni lo dudo”. Así es como acepta que le asignen una mujer espantosa como pareja.
Superando el asco, la toma del brazo y se encamina a los aposentos que le indica un ángel a cumplir con la dolorosa penitencia, cuando de pronto se encuentra con un viejo empleado, feísimo, con halitosis, y que además había sufrido quemaduras horrendas en buena parte de su cuerpo en un accidente.
De pronto ve a un hombre que camina acompañado por una espectacular joven rubia, bellísima, pulposa. El contador lo cruza y le dice:
-¡Pedro! ¿Se acuerda de mí?
-¡Pero claro, patrón! ¿Cómo anda… y qué hace con esa mujer tan fea del brazo?
-Yo debería preguntarle qué hace usted con semejante bombonazo…
-¡No tengo ni idea! Hace cuatro años que vivimos juntos, y cada vez que hacemos el amor, ella se da vuelta y murmura: “¿Por qué no habré pagado los impuestos...?”
Dos por una
El padre le dice a su hija, muy solemnemente, pero con alegría:
- Tu adorado novio Martín me ha pedido tu mano y yo se la he concedido.
- La hija le responde:
-Pero yo no quiero separarme de mamá…
- Tranquila… ella entra en el lote. ¤